Black Rebel Motorcycle Club en la CDMX
Foto: Cortesía Festival Hipnosis
Foto: Cortesía Festival Hipnosis

Robert Levon, bajista de Black Rebel Motorcycle Club, nos cuenta sobre Wrong Creatures, su nuevo LP

Previo a su presentación en la primera edición del festival Hipnosis, hablamos con uno de los fundadores de BRMC, la mítica banda garage de San Francisco

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Usan chamarras de cuero, mucha distorsión en sus guitarras y nunca han sido parte de la farándula mediática a pesar de ser una de las bandas más excitantes de su generación. A Black Rebel Motorcycle Club lo forman el bajista Robert Levon, el guitarrista Peter Hayes y la baterista Leah Shapiro, tres humanos que le dan vida al arquetipo del outsider.

BRMC no necesitan de controversia ni tabloides para ser leyendas. Les basta colgarse sus instrumentos en los hombros y dejar que la magia fluya. Al menos así lo han hecho desde finales de los noventa.

Este año, los creadores de himnos como “Spred Your Love”, “Beat The Devil’s Tattoo” y “Whatever Happened To My Rock ‘N’ Roll”, regresan a la Ciudad de México para presentarse en el festival Hipnosis, cuyo cartel incluye a otros titanes como The Black Angels y Ty Segall. Bajo este pretexto, hablamos con Robert Levon sobre política en la música, cómo hacer rock en 2017 y Wrong Creatures, su próximo disco.

Estamos atravesando una época especialmente difícil en muchos aspectos, tanto socialmente, como política y culturalmente. ¿Cómo encuentras inspiración en medio de tanto caos?
No podría decir que encuentro inspiración en lo que ocurre porque más bien me aterra. Es una época difícil para ser artista y escribir canciones. Quizá esta sea una de las razones por las que tantos caen en el abuso de sustancias como drogas y alcohol. A veces lo que ocurre alrededor es abrumador. Sin embargo, lo que hicimos como banda, fue justo tomarnos cuatro años para crear Wrong Creatures. La razón: no caer en los lugares comunes ni caminos equivocados.

Luego de escuchar los primeros sencillos, “Haunt” y “Little Thing Gone Wrong”, se percibe un nuevo camino en el sonido de la banda.
No quisimos tomar el camino fácil. Cada vez se vuelve más difícil encontrar nuevas formas de acercarnos a la música, pero creo que es importante mantener los estándares altos y nunca dejar de retarnos. Para este disco quisimos llevar a la gente por un lugar distinto, sin perder la esencia de lo que una banda de rock’n’roll debe ser: cruda. No somos un grupo de techno como para adornar demasiado lo que hacemos.

¿De qué forma se acercaron a este nuevo sonido?
El proceso de composición para este álbum fue un poco extraño. “Little Thing Gone Wrong”, por ejemplo, surge a raíz de una grabación que hicimos hace 6 años. Duraba únicamente un minuto con diez segundos, era una pieza instrumental de la que me enamoré.

Entonces, me encerré a trabajar con ella, la modifiqué, hice distintos loops y así logré extenderla. Esta canción es como un Frankenstein para mí. Me siento muy orgulloso de este tema.

¿En qué momento dejas de meterle mano a tu “Frankenstein” y decides que la rola está lista?
¡Nunca he llegado a ese punto! Por eso cambiamos tanto nuestras versiones en vivo. Nunca dejamos de trabajar en las canciones. Lo que pasó con este álbum fue que los tres llegamos a un acuerdo en el que creímos que ya no podríamos mejorar la canción. Aunque siempre estamos haciendo miles de versiones alternativas.

Supongo que es por eso que, cuando están de tour, cambian tanto sus sets.
Sí, en realidad lo único que nos limita es que tenemos demasiadas variaciones de afinación para nuestras canciones. Intentamos jugar con sonidos todo el tiempo y nos gustaría tocar muchas más versiones locas en vivo, pero necesitaríamos tener como 20 instrumentos en backstage.

Con tantas variaciones y nuevas herramientas para hacer música, ¿cómo mantienen viva la esencia de su sonido?
No existe una forma única de hacer las cosas, esa es la esencia del rock’n’roll. Todas las reglas están hechas para romperse. Lo único que hacemos es mantenernos fieles al sentimiento que nos provoca la música que hacemos. 

Y es así como logran establecer su sonido.
Exacto. Aunque siempre hay voces en nuestras cabezas diciéndonos que quizá deberíamos hacer cosas más digeribles para el público general, o formar parte de las tendencias. Es difícil ignorarlas, sin embargo, si tomáramos ese camino, traicionaríamos la esencia del grupo. A la hora de escribir, nuestro leitmotiv es: no intentes ser nadie más que tú mismo. Eso aplica en todos los sentidos.

Ese tipo de decisiones ha hecho que la banda tenga una carrera sólida. ¿Hay algo más allá que quisieran lograr?
Sí, claro. Peter y yo llevamos años ayudando a otros amigos en el estudio o produciendo discos para otras bandas. Es muy divertido porque nos convertimos en la figura que nos habría gustado tener, ir más allá del cliché del productor y realmente involucrarnos en el proyecto. Además, empecé a trabajar en scores para cine. Es gracioso porque siempre pensé que sería algo sencillo y no. Se requiere del mismo tiempo y esfuerzo que cuando haces tu propio álbum.

Si tuvieras que elegir el estudio, producir para otras bandas, hacer scores, o tocar en vivo. ¿Qué elegirías?
¡Todo! Soy un americano consentido en ese sentido. Lo quiero hacer todo. No me basta una sola cosa. Creo que más bien me voy a dejar ir y seguir lo que más me emocione en el momento. Aunque estar sobre el escenario me sigue llenando de vida.

Van a tocar junto a The Black Angels en el festival Hipnosis…
¡Sí! Justo cuando confirmaron todo hablé con ellos y nos empezamos a cagar de risa. Siempre no la pasamos increíble cuando tocamos juntos. ¡Nos emociona que pase en México!

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