Nacho Vegas regresa a la CDMX
Foto: Cortesía Nacho Vegas
Foto: Cortesía Nacho Vegas

Nacho Vegas, el poder de transformación de la palabra

El músico y escritor asturiano nos platicó sobre su próximo disco, Mundos inmóviles derrumbándose

Rodrigo Broschi
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Recuerdo perfectamente el momento en el que escuché por primera vez “Bravo” de Nacho Vegas con Enrique Bunbury. Fue inevitable no conectar con su lírica desgarradora. En ese frío 2017, 11 años después de su lanzamiento, El Tiempo De Las Cerezas adquirió una dimensión personal.

En una entrevista con Chava Rock, Nacho dijo que las canciones eran seres vivos. Y tenía razón. Yo estuve ahí. Haciendo mía una canción suya. Próximo a lanzar nuevo material y comenzar una gira por México, platiqué con el artista español sobre la composición del álbum Mundos Inmóviles Derrumbándose y el formato de sus shows. 

¿De qué habla tu nuevo sencillo “La flor de la manzana”?
En la ciudad de Gijón, Asturias, hay una empresa costera en la que despidieron a varios trabajadores cuando la pandemia estaba en su peor momento. Cuatro de ellos se pusieron en huelga de hambre y tuvieron secuelas físicas importantes. Fue algo que me indignó. Por eso la canción empieza hablando del Muselón, como se conoce popular y despectivamente al puerto. Pero esa realidad muy concreta es sólo el punto de partida, porque quería transmitir una verdad emocional. Y la canción, sin dejar de tener esa dimensión social, acaba hablando de una sensación de vacío y soledad que no ha sido buscada, sino impuesta.



¿Qué tan necesaria ha sido la música para sobrevivir a la pandemia?
La música siempre nos acompaña a quienes nos apasiona. Estuve escuchando mucho al cantautor Fabrizio De André, que ya me gustaba pero hacía mucho que no reproducía. Sin duda dejó huella en algunas de las canciones de este álbum. En lo que respecta a mí como autor, fue muy duro porque tuve un bloqueo creativo, me faltaban estímulos para escribir. Cuando logré sobreponerme me di cuenta que teníamos que reivindicar la música como un lugar de resistencia activa. Toca reconstruir muchas cosas, a nivel social y afectivo. El próximo álbum, Mundos inmóviles derrumbándose, es un testimonio en el que aproveché para convertir esos momentos difíciles, en un canto a la vida.

Platícame más de la parte musical.
Coincidió que fue un disco en el que hubo muchos cambios, tanto en el personal de oficina, como en la banda (conformada hasta entonces por músicos de León Benavente). Y eso me acercó a otra gente. Cristian, uno de los productores, me habló de la agrupación puertorriqueña Mancha ‘E Plátano y me introdujo a los ritmos afrocaribeños. Unir este universo mío, con ese universo suyo que es más de celebración en la música popular, generó un contraste muy emocionante.

Sobre los shows que tendrás en México con un formato íntimo. ¿Lo has hecho en otros lugares?
Lo hice con mi segundo disco, pero eso fue hace mucho tiempo. Ahora, me apetecía aprovechar esta visita a México para tener un acercamiento con el público que me ha dado tanto cariño. Si en algún lugar tenía sentido hacer esto, era aquí. Voy a estar yo solo con la guitarra y el micro, mostrando mis canciones de la forma más desnuda posible. Quiero que resulte cercano y que ponga en valor la necesidad que tenemos de ya no estar lejos.

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