Si ves un taxi de los años cincuenta, un "cocodrilo", estacionado en la Santa María la Ribera, no se trata de un viaje en el tiempo ni de una filmación de época. Es el coche de Pato, el guitarrista de la desaparecida Maldita Vecindad y actual integrante de Los Malditos Cocodrilos FF (Fusión Festiva), banda con la que ensaya en la calle de Cedro. La alineación la completan Aldo, Sax y Lobito, también exmiembros de Maldita, junto con el cantante Diego Real Stylo y el baterista Miguel Sabbagh. Es en el estudio de este último, en el segundo piso de una casona de principios del siglo XX, donde han montado su centro de operaciones.
Lo curioso es que fue precisamente en este barrio que la Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio empezaron a ensayar, por allá de 1985. Se reunían en una bodega que tenía el papá de Roco, el vocalista, en la calle de Ciprés (hoy Jaime Torres Bodet). Pato recuerda que después de practicar en aquel minúsculo espacio lleno de humedad, se iban a comer a las loncherías y los mercados de la zona.
Casi 30 años después han vuelto al rumbo, a esta casa que Miguel y su familia compraron para restaurarla, habitarla y rescatarla de las garras de las constructoras que derrumban edificaciones antiguas para construir horrendos departamentos "minimalistas", una plaga de corrupción y esperpentos arquitectónicos que está acabando con el patrimonio de la colonia.
En este estudio también se grabó el primer disco de Los Malditos Cocodrilos FF, una producción independiente que pronto distribuirá Discos Intolerancia, con nuevas canciones pegajosas, contestatarias y fiesteras.
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