Sí, decir esto nos hace sentir viejos, pero es importante precisar que los miembros de Interpol son unos veteranos. Turn on the Bright Lights salió en 2002. Sí, hace más de doce años. Su LP debut fue una delicia oscura llena de una angustia desbordante y un sonido bastante similar al de Joy Division. Su despegue ocurrió cuando los Strokes acapararon la escena neoyorquina y junto a ellos, hicieron que el "revival" del sonido viejo fuera un movimiento legítimo.
No todo ha sido positivo en la carrera de Interpol. Carlos Dengler –uno de los bajistas más talentosos de los últimos tiempos– abandonó la banda y luego Interpol fue abandonada por su disquera. Sin embargo, ellos se mantienen en el camino correcto. Paul Banks (voz, guitarra y bajo), Daniel Kessler (guitarra) y Sam Fogarino (batería) lanzaron El Pintor este año. En dicho material resucitaron la oscuridad que nos hizo amar Interpol desde un principio.
Hace poco se presentaron en The Metropolitan Museum of Art (MET), justo en el Tempo de Dendur. Bastante elegante, ¿no?
Sam Fogarino: Fue surreal. Cuando tocamos "The Lighthouse", me senté a un lado del escenario y pensé "Wow. Carajo. Estamos tocando en el Museo Metropolitano de Arte, no lo puedo creer.
Paul Banks: Fue un honor. Codeamos nuestra música con el arte más increíble.
Daniel Kessler: Definitivamente uno de mis mejores epxperiencias como músico.
Supongo que uno de sus momentos favoritos fue salir de gira con U2, ¿cierto?
Banks: Eso fue increíble. Me gusta mucho tocar para grandes multitudes que no necesariamente conocen nuestra música. Es como en Apocalipto, cuando todos se reúnen alrededor de la pirámide. Es un gran shock para tu cerebro ver a tanta gente. Quiero decir, puedo sentirme tranquilo frente a siete personas durante una cena, pero cuando hay más de 50 mil personas dispuestas a ver a tu banda, todo cambia. ¿Les gustará lo que hago?, ¿qué pasará? Podrían aplastarnos como a un insecto si les enojara lo que hacemos.
¿Cuál ha sido el show, digamos, menos ostentoso que han tocado?
Banks: Tocamos en todas las pocilgas de Nueva York e Inglaterra. Recuerdo que durante una de nuestras giras por Europa nos presentamos en un festival de death metal. Éramos nosotros con nuestro rock contra esa larga lista de bandas metaleras. Nuestro tour manager nos dijo: "A la mierda. No toquemos aquí. Lo único que lograremos será recibir la furia de la audiencia. Este es el lugar equivocado para nosotros".
Kessler: Nuestro segundo show fue en el Continental de Williamsburg.
¿La pizzería?
Kessler: Sí, fue un desastre. Horrible, fue una presentación terrible. Sólo estábamos nosotros y el encargado del lugar.
Ese tipo de ambientes no hace juego con los trajes. ¿Éstos siempre fueron parte de la ecuación?
Fogarino: Dios, claro que sí. Carlos tenía unos pantalones con las costuras cosidas. Todo se veía bien en las fotografías, pero si observas de cerca nuestra ropa es horrible. Todo el mundo creía que usábamos trajes Prada, pero no. Eran piezas compuestas de sacos J.C. Penney y pantalones de Sears. Todo era basura.
Paul, desde que Carlos abandonó la banda, te hiciste cargo del bajo para El Pintor. ¿Fue difícil?
Banks: Grabé el bajo en mis dos discos de solista, pero fue realmente interesante hacerlo para esta banda porque nuestro bajista era una verdadera bestia. Cuando se fue [del grupo] pudimos buscar otro músico que desarrollara creativamente el proyecto, sí. Pero funcionamos bien. Así que decidimos continuar de esta forma.
Hablando de Carlos, ¿nos contarían un poco de su partida?
Fogarino: Fue algo amistoso porque justo en ese periodo atravesamos momentos realmente difíciles. Por una parte tratamos de apaciguarlo, pero no funcionó, entonces fue como: "Renuncia". Yo sigo enamorado de lo que hago y tú estás destrozando mis sentimientos y obstruyendo lo que amo. Intento ser maduro al respecto para ayudarte y no te importa. Cuando ocurrió fue un gran alivio. Como reajustar las latas de un estante. Tienes que rebalancear todo y mover un par de cosas. Cuando lo consigues todo se acomoda en su lugar. No falta nada.
Banks: Más que lamentar la pérdida, honestamente me sorprendió que grabáramos cuatro discos juntos. Es muy complicado mantener junta a una banda.
Kessler: Sí, tu sabes, Carlos estuvo en la banda durante mucho tiempo. Desde 1997 hasta 2010. Toda aquél que haya formado parte de una banda que sale de gira sabe que eso es mucho tiempo. Es un gran reto. Demanda muchos aspectos de tu vida, así que tienes que estar involucrado completamente.
La banda suena llena de energía en El Pintor.
Banks: Hay una superposición. Así que Daniel puede respetar los sonidos agresivos y nerviosos, pero no es su personalidad. Ese es el estilo de Daniel. Así que si Sam empieza a construir un beat fuerte, yo escribo sobre ello.
Kessler: Un sentimiento constante que mantuve durante la grabación de este disco es que salía de los ensayos con los oídos zumbando y con una emoción tremenda. Esto es natural cuando trabajas en armonía con creatividad y colaboración. Sentimos que durante los primeros meses podríamos salir y hacer un show en vivo, casi como un trío, esto hizo que todos se sintiera en sintonía. Cuando las canciones son fuertes no necesitan ornamentos. Discutimos muy poco y compusimos mucho. Fue un proceso excitante.
¿Es más fácil componer y tomar decisiones creativas ahora que son sólo tres?
Banks: Sí, hay menos cocineros en la cocina. Las discusiones se vuelven más rápidas y todo camina hacia el punto deseado sin tantos obstáculos. Simplemente porque tienes una persona menos durante la votación.
Firmaron con Capital Records y luego fueron expulsados de la misma. ¿Qué pasó?
Fogarino: Nada terrible. Ten en cuenta que la compañía entera fue vendida. Las nuevas personas del staff no sabían quiénes éramos ni les importó y el nuevo presidente no tenía idea del internet. Es uno de esos viejos dinosaurios, pero afortunadamente grabamos el disco en esa época y lazamos el material. Pudimos tener problemas legales durante años. Matador (nuestra primera disquera) quiso lanzarlo y regresamos a casa.
Parece ser que hay una cierta nostalgia por la escena de Nueva York.
Kessler: ¿Eso les causa nostalgia ahora? Es una locura. La nostalgia siempre está presente, creo.
Banks: Su tuviéramos 21 años ahora, la ciudad sería igual de excitante que antes. Ahí es donde creo que la gente se equivoca: "Cuando era joven, todo era mejor". Es como: "No, sólo estabas en un lugar distinto; esta sigue siendo una ciudad genial".
¿Realmente se forjó una escena en ese entonces, tal y como lo presentó la prensa?
Kessler: Creo que antes las bandas de Nueva York no eran realmente cool, ¿sabes? Empezamos en 1997, tocamos nuestro primer show en 1998. En ese entonces la escena no era tan salvaje. Lo único que tenías que hacer era concentrarte en hacer lo tuyo y llevar gente a los conciertos. No había tantos lugares para música en vivo como ahora. Brooklyn no formaba parte del mapa. Obviamente las cosas cambiaron en 2001 y todo mundo se emocionó.
¿Crees que ahora es más difícil conseguir el éxito de una banda?
Fogarino: Me parece casi imposible. ¿Cómo gana popular una agrupación?, ¿cómo le hace un grupo nueva para tocar en las fiestas?, ¿cómo ocurre todo? No lo sé.
Kessler: No tengo la respuesta, porque cuando empezamos todavía no explotaban las redes sociales. Creo que le gente escuchó el Turn on the Bright Lights por el "de boca a boca" y las estaciones de radio universitarias.
Fogarino: Sí, recuerdo que durante la promoción de nuestro primer disco hicimos prensa. Conseguir una entrevista para un sitio de internet era como recibir una propuesta de un periódico universitario.
Pepsi Center WTC Dakota 95, Nápoles. Mar 17 y mié 18 de octubre, 8pm. $890-$1,200.