Recuerdo que cuando era niño mi abuela me ponía un vinil de Las ardillitas de Lalo Guerrero, un disco de canciones navideñas —medio subiditas de tono— que relatan situaciones divertidas. Cuando Damon Albarn —líder de Blur— presentó Gorillaz en 2001 como un proyecto virtual integrado por 2-D, Noodle, Murdoc y Russel, me fue imposible no pensar en los fines de semana comiendo arroz con leche en casa de mi abuela. Tal vez por eso conecté tan bien con la banda virtual más grande del siglo XXI.
Discos como Damond Days (2005) y Plastic Beach (2010) demostraron que la música de Albarn, más los gráficos del diseñador Jamie Christopher Hewlett, dan como resultado éxitos instantáneos. Además de experimentar con varios ritmos, descubrieron que podían diversificar su proyecto y dotarlo de frescura al colaborar con otros artistas; desde Snoop Dogg y Little Dragon, hasta Vince Staples, Kali Uchis y Jehnny Beth —Savages—.
Para 2017, la banda salió de gira para promocionar su LP Humanz, tour que los presentó como uno de los headliners en el pasado Vive Latino. Esto causó gran euforia, tal vez porque tenían más de 16 años de no venir a la CDMX y, sobre todo, porque durante este tiempo se ganaron fans con rolas como “Empire Ants”, “Last Living Souls”, “Super Fast Jellyfish” y “Dirty Harry”.
Este año, sin decir agua va, Gorillaz presentó con la canción “Humility” su sexta placa, The Now Now, disco que tocarán el 24 de octubre en el Palacio de los Deportes. Si bien los acabamos de ver en marzo, este show promete mucho ya que cerrarán su tour en la CDMX y escucharemos rolas nuevas.
Desde “M1 A1” y “On Melancholy Hill”, hasta “Andromeda” y “Lake Zurich”, Gorillaz pinta para ser uno de los mejores conciertos de 2018 en la Ciudad de México. Preparen la quincena porque los boletos tendrán preventa el 29 y 30 de agosto.
La única pregunta que queda en el aire es: ¿cuándo veremos a The Good, The Bad and The Queen en la CDMX?
