Entrevistamos a Valgur por su próximo show en Rabioso
Foto: Cortesía
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Prepárate para El juicio final con Valgur

La banda se despide de la CDMX con un show en Rabioso. Platicamos con ellos sobre esta pelea entre el bien y el mal

Gil Camargo
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Tal parece que la música nacional se está regenerando y, poco a poco, van surgiendo proyectos que refrescan y llenan de energía la escena. La emoción que sentimos cuando escuchamos por primera vez a Porter, Austin TV o Haciendo el Mal, proyectos que no encontraron el hilo negro, pero que sí llenaron de aire fresco este pequeño cuarto cerrado al que llamamos rock mexicano lo sentimos con Valgur.

El año pasado, los hermanos Elizabeth y Hugo Valdivieso presentaron su segundo disco, Armaggedon, una pieza pop con tintes experimentales y psicodélicos que marcó un antes y después para la banda, no solo musicalmente, sino también en lo personal, ya que en él vaciaron sus experiencias después de salir de un tratamiento contra las adicciones. Lo que se vivió crudo cobró nueva vida en canciones bailables con la dulce voz de Elizabeth.

El próximo 20 de julio, Valgur le dice adiós a la CDMX con su show El Juicio Final junto a Mint Field, Grito Exclamac!on y una banda sorpresa en Rabioso (Donceles 64, Centro), motivo por el cual hablamos con ellos sobre esto.

Armaggedon cumplió su primer aniversario. ¿Cómo iniciaron esta travesía?
Hugo: Hicimos el álbum en un año. En términos de composición, un poco más, ya que teníamos canciones en el archivo que se fueron acumulando de Elizabeth y algunas mías. La verdad es que no teníamos tantas expectativas porque, si bien le fue muy bien a nuestro primer disco —Zapandú (2019)—, de repente llegó la pandemia y todos los lanzamientos y shows pararon. Para los músicos fue difícil remontar, y de repente pues no había tanta expectativa. Además, también hubo un proceso personal en el que nos alejamos a modo de una especie de resguardo, en el que tuvimos que estar en una institución especializada para el tratamiento de adicciones, y pues hay un alejamiento, una desconexión con la sociedad por seis meses. Nosotros estamos muy felices, muy contentos.

¿Creen que su aislamiento y la pandemia ayudaron a que Armaggedon fuera tan bien recibido?
Hugo: Es difícil volver a conectarse después de estar seis meses aislado y luego tener la tarea de hacer un álbum, no porque esa era la encomienda. La idea fue tener que hacer algo diferente, renovar el discurso porque tiene un poco de tintes apegados a la tradición zapoteca, como en nuestro primer disco, sino a todo el entorno que es Oaxaca. Al final de cuentas, es lo que nosotros intentamos hacer como artistas también, que cada álbum sea una nueva oportunidad para redimirse conceptualmente hablando. De repente, este álbum adquirió un tono y un carácter muy religioso. Su discurso se basa en los fenómenos religiosos que suceden en la sociedad mexicana porque veníamos saliendo de este tratamiento y era difícil construir tus propios dioses para reconectarse con la vida. Retomamos nuestro bagaje y recorrido en la iglesia evangélica cristiana en la infancia, porque crecimos ahí, en este dogma. Ahí aprendimos a tocar instrumentos y la idea de subirnos a un escenario y poder desarrollar un personaje.

¿Por qué Armaggedon?
Hugo: Es el nombre de un lugar que se menciona en el libro del Apocalipsis. En Armageddon se librará la batalla final entre el bien y el mal. Estamos conscientes de que estábamos viviendo un Armageddon en este momento porque se estaban debatiendo muchas cosas después del tratamiento, como cuando pones en riesgo cosas como la salud, la dignidad o la propia vida. Entonces, este fue un tipo de Apocalipsis porque fue como el final de los tiempos y el principio de una era. Este es el discurso que logró esclarecer con Armaggedon.

A diferencia del estudio, ¿cómo ha sido darle vida a las canciones en vivo?
Elizabeth: Justo al momento de terminar la producción del álbum nos enfocamos en crear las canciones como una pequeña puesta en escena. Nos dimos a la tarea de seleccionar varios objetos como una espada, un oso, un velo, una biblia, con diferentes significados. El oso significa para nosotros la infancia. Desde ahí empezamos a seleccionar los instrumentos; en lugar de batería, implementamos una caja de ritmos, un pedal de efectos para voz. Nos dimos a la tarea también de salirnos un poco de este cuadrado que a veces simboliza lo que es ser una banda en la escena mexicana. Estos elementos llegaron a suplir el hecho de no ser una full band, pero por ser una banda que gira mucho, es más fácil para nosotros llevar estos elementos y nutrir el show de otra manera para darle otro enfoque.

Han viajado por todo el país. ¿Cuál es su lugar favorito para tocar o el que más recuerdan con cariño?
Hugo: Pues, en primer lugar, definitivamente Ciudad de México, ya que la gente es muy entregada y siempre es un lugar donde nunca dejan de sorprenderse, por más que sea un evento pequeño o grande. Siempre hay gente con una disposición muy fuerte, por ejemplo, hay mucha gente que se tiene que trasladar desde el Estado de México. Uno de los shows más memorables fue el de la Frikiplaza porque nos encanta esa idea de tomar espacios y apropiárnoslos, darles un uso que no tienen habitualmente. El espacio de ahí está dedicado a los videojuegos, el manga y el anime, y de repente es algo fuera de lo habitual y fue una experiencia muy grata. La gente estaba jugando en las maquinitas, haciendo cosas que realmente son un poco habituales en los conciertos.

Se despiden de la CDMX con un show en Rabioso. Cuéntenos un poco de lo que tienen preparado.
Elizabeth: Este show sucedió por parte de Pizzas El Perro Negro, que nos invitó para ser los artistas del mes. Ellos escogen una banda y el artista tiene que dar un show y también hacer algún otro evento en torno a lo que guste. Nosotros estábamos con la inquietud de hacer un show para despedirnos de la Ciudad de México y llegamos a la conclusión de que era bueno hacer un cierre e invitar a bandas amigas como Mint Field o Grito Exclamac!on. Vamos a llevar full band y va a tocar con nosotros un tecladista que admiramos mucho y que ha sido parte del proyecto desde que iniciamos. Vamos a tocar todo nuestro repertorio, incluyendo “El Castillo de la Pureza”, que será la primera vez que la tocaremos en vivo.

Time Out México es una guía de la ciudad. ¿Cuáles son sus lugares favoritos de la CDMX?
Elizabeth: La biblioteca Tlacuilo, a la que puedes ir y tomar cualquier libro sin nada a cambio. Solamente dejas tu nombre. He encontrado bastantes libros que me han funcionado. También me gusta mucho la Torre de los Vientos, escultura de un artista uruguayo llamado Gonzalo Fonseca que forma parte de la Ruta de la Amistad durante los Juegos Olímpicos en el 68 y me parece una escultura muy linda porque es una escultura habitable; incluso se han hecho conciertos ahí dentro. Por eso considero que es uno de mis lugares favoritos de visitar.

Hugo: Disfruto mucho la biblioteca Vasconcelos, también me gusta el Museo Tamayo. Para comer, hay demasiados lugares buenísimos. Me gusta mucho Maizajo. También un lugar que tienen unos amigos, Galería Sonora.

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