Por poco más de 20 años, este valioso y jugoso rincón ha sido testigo del auge, grácil caída y el resurgimiento en tiempos millennials del acetato. Este pequeño local del Centro Histórico es considerado el templo de la tradición de viniles especializados en el género dance y sobre todo el hi energy. Fue uno de los epicentros donde se gestó el inconfundible sonido Polymarch, ¡cien por ciento capitalino!
En sus largos anaqueles encontrarás tesoros que podrían sacarte de pobre en ebay o Mercado Libre, como viejas ediciones de Madonna o los Talking Heads, hasta impresiones japonesas de cumbia underground. Ten paciencia con la soberbia del dueño, suele tener un carácter espinoso, pero sus títulos a la venta lo valen.