Caloncho se suma a los shows en streaming
Foto: Cortesía Esteban Hernández
Foto: Cortesía Esteban Hernández

Caloncho nos platica sobre su nuevo disco, Bálsamo

Después del lanzamiento de su nuevo álbum, el cantante mexicano nos cuenta de qué va su segundo disco y su inspiración en el Dalai Lama

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Con sus discos Fruta y Fruta Vol. II, Caloncho cautivó al público mexicano con canciones pegajosas que nos recuerdan a la playa. "Palmar", "Chupetazos" y "El Derroche" fueron nuestro himnos tropicales en los últimos veranos.

En una nueva etapa, Caloncho presenta Bálsamo, un disco más maduro y variado. Después del lanzamiento y previo a su show en El Plaza, platicamos con él sobre las historias detrás de su reciente material.

¿Tu cover de “Amor violento” funciona como transición entre la época de Fruta y ahora Bálsamo?
Sí.La trabajé con el productor del nuevo disco, Mateo Lewis y fue justamente a la mitad del proceso. Es un muy buen puente, tiene mucho bajo y eso me gusta.

Parece que Fruta lo escribiste enamorado. Ahora llega Bálsamo, ¿hay alguna herida que necesites sanar?
Ahora estoy más enamorado que nunca, pero con una perspectiva más madura. Me gusta mucho lo que vivo, me encanta existir. Me gusta mi chamba, mi familia, cada vez soy más consciente del amor animal, también del mundo, no de como funciona, pero me gusta. Me di cuenta de que la música era una figura maternal a la que siempre puedes acudir sin que te juzgue e invariablemente estará para ti.

Cuéntame como el libro El arte de la compasión, del Dalai Lama: ¿influyó en la composición de Bálsamo?
Ese libro es algo que busqué durante mucho tiempo sin darme cuenta, es parte del proceso del autoconocimiento. Es una entrevista al Dalai Lama, en la cual expone de manera muy simple cómo uno puede estar mejor consigo mismo, cómo estar feliz, con solo tener pensamientos positivos y darles espacio. Impacta muchísimo todo esto, al final uno expresa lo que está sintiendo, me cautivó mucho y se ve muy presente en las canciones.

Los sencillos "Hedonista" y "Optimista" contrastan mucho, como si quisieras romperle el corazón a tu público y luego hacerlo bailar. ¿Por qué elegiste estas rolas para presentar tu nuevo LP?
¡Qué chido, lo entendiste perfectamente! “Hedonista” es el inicio del ciclo, trata sobre un vato que se dedica al placer y después se queda solo, a pesar de que la está pasando bien. “Optimista” es el cierre del ciclo, es un chico que se da cuenta de que puede ser feliz de una manera mucho más sensata, aprovechando el conocimiento previo. El video tiene dos niños, que representan la felicidad más pura, no tienen que pensar en ser felices, lo son. Ellos vencen al miedo que es el monstruo que sale en el video.

En el disco, “Optimista” es la segunda rola, mientras que “Hedonista” la quinta, ¿por qué decidiste este orden si se trata de un ciclo? De pronto el disco tiene una pausa de autoreflexión.
Eso se relaciona mucho al concepto de un bálsamo, al concepto del disco. No todo el tiempo estás feliz, eso es imposible. “Bebé” por ejemplo es la canción más triste, es un interludio que a mi todavía me saca lágrimas. Quería tener la perspectiva triste ya que es una realidad y hay que reconocerla para poder apreciar el resto. En ese sentido, para el órden me fui por tonalidades. Hay mucha relación también con Fruta, “Mascota” se relaciona con el amor animal del disco pasado. Es una misma frase repetida cuatro veces en una base de reggae y rock steady. “Diario” es una balada de interacción pasional, esa está en la misma tonalidad que “Chupetazos”, son hermanas. “No me caigo bien” es un interludio a “Diario”, y la puse ahí para introducir la tonalidad.

Sobre la producción, me llamó mucho la atención que en “No me caigo bien” la voz suena muy distorsionada.
Me gusta mucho el carácter que eso le da a las rolas. Me enamoré de un preamplificador que tiene Mateo Lewis que se llama Culture Vulture. Estaba súper emocionado por usarlo y le subí. Muchos me dijeron que se me había pasado, pero me gusta. Es una manera de hacer reaccionar a la gente, me fui por el estilo estético, me gusta como suena la voz crujiente, súper cálida.

¿Cuál fue el papel de Siddhartha en este nuevo disco?
Con el reboté muchas ideas. Desde hace dos años, cuando tenía una maqueta se la enviaba para que me diera su opinión. Siempre me ha dado muchos consejos y ha estado presente. Tengo entendido que le gustó un chorro el disco, y seguramente él y Mateo van a hacer algo juntos.

Bálsamo también se siente experimental. De pronto hay muchos sintetizadores, ¿quisiste salir de lo tropical?
Tenía muchas ganas de que las canciones no fueran tan al grano. Eso es algo que yo aprecio mucho, lo que queda registrado. Trabajé con Mateo porque me encanta su huella, y creo que es justamente esa: crear pasajes llenos de detalles, cosas que te das cuenta de que están hasta la quinta o sexta escucha. Quería que mi disco fuera un camino, diferentes senderos.

Haremos una pequeña dinámica, te voy a decir el nombre de algunas de las canciones nuevas y quiero que me digas a qué lugar te recuerda...
Cada una de mis canciones van acompañadas de una memoria, o las compuse ahí o algo se gestó en ese lugar:

“Bálsamo” - Bálsamo es India, más especificamente el Río Ganges. Ahí escribí esa canción.

“Optimista” - Emeryville, me recuerda mucho al sol de San Francisco.

“Equipo” - Santa Anita, mi casa, mi esposa.

“Brillo Mío” - Bucerías, Nayarit.

“Hedonista” - Esta es interesante. Lo primero que lo que relaciono es el color morado.

“No me caigo bien” - Barcelona.

“Diario” - Yosemite.

“Mascota” - Definitivamente el color café. Esta rola la hice con puros instrumentos de ese color. La batalla era un piano Ludwig, una guitarra Gibson de Mateo y un Moog con los laterales cafés.

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