Conocí a Björk con "Hunter", video en el que se convierte en un oso polar. Era 1998, yo tenía 11 años de edad. A pesar de que fue un poco perturbador, despertó en mí un sentimiento de curiosidad, pero fue hasta que vi Dancer in The Dark (Lars von Trier, 2000) que busqué su discografía y la conseguí en la tienda en línea Columbia House.
Durante 21 años he seguido su carrera impulsado por su versatilidad. La emoción por descubrir el camino que toma en cada proyecto es lo que me mantiene atento. Este año presentó Cornucopia, un show teatral en el centro cultural The Shed —en Nueva York—, en el que interpreta su último disco Utopia (2017), acompañada de 10 músicos, visuales de Tobias Gremmler y un diseño de audio inmersivo de 360 grados.
Ya que es un espectáculo muy complicado de montar, pensamos que no saldría de gira. Vaya
sorpresa que nos llevamos cuando anunció cuatro fechas en el Parque Bicentenario. Esta inclasificable mujer no deja de sorprendernos, por lo que su visita a la CDMX
nos emociona.
A propósito de Cornucopia, Björk nos compartió la génesis de este espectáculo, sus atuendos y su sentir con los fans mexicanos —¡Björk, hermana, ya eres mexicana!—, además hacemos un repaso por el performance que veremos y un breve viaje por su trabajo.