Un riff de guitarra básico, pero pegajoso. Suena encima la voz de un hombre que le canta a la vida acompañada del sonido de un extraño instrumento indio llamado harmonium (una fusión entre acordeón y piano). Pablo Burgués y Christian Späth se conocieron hace 10 años en La Habana, cuando eran estudiantes de cine. Pablo vive en Santoña, España, y Christian en Stuttgart, Alemania; Belvés es el nombre de un poblado que se encuentra entre las dos ubicaciones de estos músicos y también el nombre que los conecta para componer deliciosas piezas de folk rock.
¿Cómo los ha tratado México?
Pablo: Bien, tuvimos unos detalles de instancia mayor porque nos ha pasado de todo, un accidente de coche y nos robaron en el metro. Pero los conciertos, que es lo que más nos importa, salieron muy bien, el público se ha entregado.
¿Cuál es la historia de Belvès?
Christian: Estudiamos en la escuela de cine en Cuba hace 10 años, nos hicimos amigos y empezamos a tocar. Luego regresamos a nuestros países y cada quién tenía su banda.
Pablo vive en España y yo en Stuttgart, pero no es fácil encontrar a una persona con la que tengas química para hacer música. Pasó el tiempo y se disolvieron nuestras bandas, así que comenzamos a mandarnos ideas por internet, nos gustó lo que salió de eso. Hicimos canción por canción, que grabamos en el disco, y luego empezamos a girar por diferentes ciudades.
¿Por qué visitar México?
Pablo: Llevábamos un tiempo con muchas ganas de venir, porque tenemos amigos que nos dicen que la gente en los conciertos es muy entregada. Mandamos nuestras canciones a varios lugares para ver si podíamos venir, le llegó a Marvin y nos invitaron al festival. Aprovechamos para hacer promoción y han surgido cosas increíbles. Grabamos un video en Xochimilco de una canción inédita que tenemos para nuestro próximo disco y también participamos en el proyecto de teatro Domingos de rehab.
Christian: Es lo que siempre hacemos cuando nos reunimos, como vivimos alejados el uno del otro, cuando nos vemos tratamos de aprovechar el tiempo al máximo.
Pablo: La última vez que nos vimos fue en enero, y cuando llegamos a México nos vimos dos días antes del Festival Marvin para ensayar.
Si no se ven seguido, ¿cómo componen sus canciones?
Pablo: A distancia, Christian me manda una melodía de guitarra, si me gusta le meto una voz, luego él le mete un piano y yo le meto el xilófono. Se lo pasamos a un chico inglés que se llama Alan y mete bajos.
Cuando nos juntamos para tocar una canción en directo, es la primera vez que la ensayamos juntos. Ahí vemos que carencias tiene, cosas que no notamos en internet, luego las pulimos para adaptarlas al acto en vivo.
Cuando los veo tocar no parece que ensayaran dos días antes, se ven muy conectados.
Christian: Creo que tiene que ver con nuestro formato; si tienes una relación a larga distancia, cuando te encuentras es muy intenso. Es una cosa especial para nosotros porque los dos tenemos nuestras vidas aparte y cuando nos vemos nos da mucha energía y eso se nota en los conciertos.
Pablo: Si ensayas todas las semanas con las mismas cinco personas, siempre hay roces, te enfadas, tanto tiempo de estar juntos provoca discusiones. Si no aguantas con una novia cinco años, tampoco con un tipo que ves todos los días de la semana.
¿Qué sigue para Belvès?
Pablo: Nos encantaría regresar a México, queremos hacer contactos para volver pronto. En junio tendremos gira por Alemania, vamos a estar en la Fiesta de la Música, es un evento enorme en el que la gente toca en las calles.
Christian: Por ahí de enero o febrero queremos editar nuestro segundo disco. Para eso grabamos justo el videoclip aquí en México.
¿De qué trata el video?
Pablo: Es una canción inédita que se llama "El gran adiós", que habla sobre la muerte. Qué mejor sitio para grabarla que en México. El video está inspirado en La Catrina y lo grabamos en Xochimilco.
Usan instrumentos pocos convencionales, ¿por qué surge eso?
Pablo: Creemos que en directo, las canciones con guitarra, voz y uno que otro arreglo se defienden. Si suena bien con elementos básicos, tenemos una buena canción.
Definimos nuestro sonido como gypsy. Somos grandes viajeros y yo siempre estoy comprando instrumentos musicales por donde voy. Por ejemplo, el harmonium lo compré en la India.
Es curioso porque Chris viene del hardcore y yo del pop electrónico, no sé por qué nos ha salido este ritmo acústico y pop rock.
Chris: El formato acústico nos abre posibilidades para tocar que no tendríamos con un grupo de cuatro o cinco. Nos interesa romper las fronteras y expectativas que se tienen de un grupo de pop rock normalmente.
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