El Templo Mayor es majestuoso desde su nombre, resguardando lo más preciado de nuestra historia. Los vestigios de este centro ceremonial dan cuenta del linaje de todos los mexicanos y de la vasta cosmogonía que hasta hoy prevalece.
En el Templo Mayor, cada pieza arqueológica tiene información al respecto, tanto en español como en inglés. No es necesaria la ayuda de una guía, ya que el recorrido es muy concreto y bien trazado.
Es interesante la fusión que se hace entre las ruinas y los sonidos del exterior en el Templo Mayor. Los tambores y los cascabeles ambientan la explanada de Tláloc y Huitzilopochtli con gran armonía.
La aventura continúa en las instalaciones techadas del Templo Mayor, donde se encuentran esculturas y ofrendas originales de la época prehispánica, además de escenificaciones de la forma de vida de los pobladores, a lo largo de nueve salas.
Te recomendamos disfrutar del museo del Templo Mayor y respetar las normas, sobre todo con las cámaras fotográficas, pues los flashes están prohibidos debido a que deterioran los materiales exhibidos. Por último, échale un ojo a la leyenda del dios de la guerra y busca a Coyolxauhqui.