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Patios y jardines hermosos en los museos capitalinos

Para disfrutar al aire libre y seguir adorando el arte

Mauricio Nava
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Los lugares que incluimos en la lista, además de contar con una increíble selección y curaduría en obras de arte tienen los patios más frescos, amplios y hermosos que un museo puede albergar, ¿lo vas a negar? 

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  • Miguel Hidalgo

La escuela te arruina muchas cosas, la historia de México repasada año con año durante la primaria puede tener como consecuencia la repulsión al escuchar nombrar a Josefa Ortiz de Domínguez. Lo mismo sucede con este museo, el lugar favorito de los maestros, quienes lograron que un lugar tan maravilloso pareciera un castigo.

Muchos no han regresado desde los 10 años, pero vale la pena volver. Al hacerlo, verás la cultura tolteca con otros ojos, entenderás mejor a los mexicas y a lo mejor y te entra una pasión por los mayas. Y si no sucede nada de lo anterior, mínimo la arquitectura te impresiona. Es imposible recorrerlo completo en un día, pero revisitar algunas de las secciones y ver a la Coatlicue con ojos más adultos te hará cambiar tu percepción de uno de los museos más importantes de México.

Después de 54 años, fue necesario hacerle a los murales El mundo de los mayas (Leonora Carrington) y Mapa de Mesoamérica (Ernesto Vázquez y Luis Covarrubias) trabajos de restauración. Esto se logró bajo la dirección de la restauradora Gilda Salgado y del Laboratorio de Conservación del MNA, quienes a lo largo de dos meses llevaron a cabo las labores de limpieza superficial con aspirado y brochas; así como la eliminación de residuos de intervenciones anteriores. 

El mundo mágico de los mayas es una obra que evoca los mitos y leyendas de la cosmovisión de los tzotziles y tzeltales, con quienes Carrington tuvo una experiencia directa en las montañas chiapanecas. Está dividido en tres niveles: el Inframundo, la Tierra y el Cielo. El mural de más de cuatro metros de altura fue encargado por el gobierno mexicano a la pintora en 1963 para adornar la sala Pueblos Mayas. 

Mapa de Mesoamérica —exhibido en la sala Teituhuacan— es una muestra de todas las culturas prehispánicas que existieron en el país.

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  • Arte y diseño
  • Guerrero

Desde que el diseño se puso de moda, este museo también. Además de que alberga algunas de las exposiciones temporales más relevantes de esta disciplina, en él habita la colección de artes decorativas más importante del país, que van del siglo XVI al XIX.

Si no has ido y lo lees así, puede sonar como el lugar más aburrido para visitar, pero en realidad, empezando por el edificio, es un museo con mucho que ver. Hay habitaciones ambientadas con decoración de época, pinturas, mobiliario, textiles, platería, cerámica, en fin, de todo.

Hay que estar al pendiente de sus exposiciones temporales que muchas veces son excelentes y aprovechar para ver la colección permanente. Por ejemplo, es la sede oficial de la World Press Photo.

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Museo de Arte Moderno
Museo de Arte Moderno

De niños, cuando uno todavía no entendía nada del arte y mucho menos del moderno, este museo tenía una particularidad muy divertida: si uno se paraba en el descanso de la escalera central y gritaba o aplaudía, la bóveda superior se encargaba de multiplicar el sonido… esto hasta que el personal del museo le llamaba la atención a tus padres por dejar que sus hijos correteen en un recinto de esa naturaleza.

Este museo vio la luz casi al mismo tiempo que el Museo Nacional de Antropología, la desparecida Pinacoteca Virreinal y el Museo de Historia Natural, en el auge cosmopolita que vivió México en la década de los sesenta. Sigue siendo, a la fecha, uno de los recintos más importantes de Latinoamérica en el arte del siglo XX, pues además de ofrecer exposiciones temporales de muy alta calidad, cuenta con una gran colección propia de artistas como Diego Rivera, Leonora Carrington, Frida Kahlo, y Remedios Varo. Tiene también una importante colección de placas del fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo.

Alrededor del museo está el Jardín Escultórico, un placentero espacio para pasear o descansar frente a esculturas de Mathias Goeritz, Ángela Gurría, Germán Cueto y Juan Soriano.

El edificio del MAM partió de un diseño del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares. Los jardines fueron concebidos por Matsumoto, aunque el diseño final es obra de Juan Siles.

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Munal. Museo Nacional de Arte
Munal. Museo Nacional de Arte

Dominando la plaza frente al Munal, está la estatua ecuestre diseñada por el ilustre arquitecto que da nombre a esa explanada: Manuel Tolsá. Mejor conocida como “El Caballito”, se trata en realidad de una imagen de Carlos IV de España, quien en su corcel, ha deambulado por media ciudad: primeramente, en 1803, estuvo en el Zócalo; luego en 1822 fue a dar a los patios de la Universidad, para salvarla de la furia anti-hispana que predominba tras la Independencia; posteriormente en 1852, calmados los ánimos, fue trasladada a las afueras, a lo que ahora es el cruce del Paseo de la Reforma y Bucareli. Finalmente en 1979 fue trasladada a su actual ubicación, en donde ya no desentona. Al mismo tiempo, el escultor Sebastián, sustituyó el caballito novohispano por su más famosa obra, la estructura en color amarillo que también se llama el Caballito y que, con indulgencia, parece un equino.

El edificio detrás de esa estatua es el antiguo Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, diseñado por el arquitecto italiano Silvio Contri, quien inició su construcción en 1904. Por dentro presenta una hermosa escalera cuyos escalones de mármol ya muestran la huella del tiempo. También hay en su vestíbulo, impactantes esculturas en mármol, de influencia francesa evidente hasta en el título: la famosa “Malgré Tout” (“A pesar de todo”) de Jesús Fructuoso Contreras (1882-1948), que representa a una joven encadenada y desnuda, que se arrastra por el suelo, o la muy escandalosa “Après l’orgie” (“Después de la orgía”) de Fidencio Lucano Nava (1869-1938), una joven desnuda que está recostada y suspendida en el mármol.

El acervo del museo es vasto e incluye todo tipo de obra desde el virreinato hasta mediados del siglo XX.

El último miércoles de cada mes, el Munal abre de 7 de la tarde a 10 de la noche, para que los que trabajamos podamos darnos una vueltecilla.

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Museo Tamayo Arte Contemporáneo
Museo Tamayo Arte Contemporáneo

El Museo Tamayo Arte Contemporáneo es uno de los preferidos de los amantes del arte, gracias a que siempre aloja exposiciones de vanguardia y por resguardar la impresionante colección de Rufino Tamayo, donada por el artista para la creación del museo y que abarca obra internacional de los años sesenta y setenta.

El recinto, que abrió sus puestas en mayo de 1981, actualmente goza de una popularidad notable, después de que a finales de 2014 alojara la exposición Obsesión Infinita de Yayoi Kusama. Gracias a este acontecimiento, se consolidó como un punto de referencia en el arte contemporáneo.

En enero de 2015 asumió la dirección del museo Juan Gaitán, joven colombiano con una amplia carrera como curador, relevando a Carmen Cuenca Carrara, directora que fungió su cargo en la etapa de la remodelación.

En agosto de 2012 finalizó un arduo trabajo de renovación que duró un año y cuyo resultado fue el crecimiento del edificio en un 30%. El arquitecto encargado de realizar la transformación no podía ser otro que Teodoro González de León, quien junto con Abraham Zabludovsky, desarrolló el proyecto original. Con un espacio más amplio e instalaciones nuevas y remozadas, se ha logrado aumentar notablemente la afluencia de gente que asiste al museo.

La oferta de actividades es basta para niños, jóvenes y adultos, a quienes se dirige la formación de una experiencia transformadora en torno al arte contemporáneo.

Gracias al departamento de Educación del museo se organizan talleres inspirados en las exposiciones temporales. Todas las actividades tienen la intención de ampliar los conocimientos de los asistentes de una manera interesante y lúdica.

Como una experiencia complementaria a la visita del museo, cuentan con visitas guiadas a las exposiciones y recorridos arquitectónicos para conocer más sobre la historia del edificio y el antes y después de la remodelación.

Otro de los atractivos del recinto es su tienda, en la que puedes adquirir publicaciones del museo, de editoriales nacionales e internacionales, y productos de diseño mexicano.

La arquitectura del edificio sigue acoplándose a su contexto natural, situado en la primera sección del Bosque de Chapultepec: no es un elemento ajeno a la geografía del bosque, sino que se integra orgánicamente al entorno. Lo notarás sí comes en el Restaurante Tamayo que se encuentra a un costado, con un menú internacional con fuerte influencia mexicana.

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  • Arquitectura
  • Miguel Hidalgo

En el antiguo barrio de Tacubaya se encuentra una de las joyas arquitectónicas de la CDMX: la Casa Luis Barragán. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2004, fue construida por el arquitecto tapatío en 1948.

La arquitectura emocional de Luis Barragán te conmueve por la belleza de cada detalle del que fue su hogar. Desde la maestría para jugar con la proporción de los espacios y crear diferentes ambientes a partir de la luz y el color, hasta el diseño del jardín y los patios, como el espejo de agua en el patio de ollas.

La entrada principal de la casa es una síntesis de los elementos básicos de la arquitectura de Barragán: materiales, como la madera y la roca volcánica, el color y la luz. Una pequeña ventana con cristal amarillo tiñe las paredes blancas a determinadas horas del día; este manejo de luz indirecta se ve a lo largo de toda la casa. En esta habitación deberás colocarte protectores en tus zapatos como medida para conservar esta obra arquitectónica.

Hay una simpleza en la decoración de la casa, incluso un estilo casi monástico. Amante del arte y un devoto religioso, en el recorrido verás obras de Mathias Goeritz y Chucho Reyes, quien era incluso considerado por Barragán como su maestro, así como cruces, esculturas y pinturas de arte sacro. En la biblioteca encontrarás el Premio Pritzker, uno de los máximos reconocimientos de arquitectura en el mundo, que el tapatío recibió en 1980. 

A través de las ventanas de comedor se aprecia el jardín, agreste y al mismo tiempo reparador porque parece que no estás en la ciudad. El pequeño jardín se integra a la vegetación de la Casa Ortega, que se encuentra al lado y que fue construida también por Barragán, y prolonga el espacio.

Desde 2016, Estancia Femsa coordina exposiciones temporales de arte contemporáneo en la casa. Se invita a diferentes artistas a realizar estancias e intervenir con sus piezas este museo. Han expuesto desde artistas como el brasileño Cildo Meireles hasta el alemán Franz Erhard Walther. 

Algo curioso es que la casa, a pesar de ser un museo, continúa habitada por María, una mujer que trabajó con Luis Barragán y que por instrucciones del arquitecto tapatío debía vivir ahí cuando él falleciera. María deja pequeños pistas del cuidado que aún tiene por la casa, arma arreglos con las plantas del jardín que decoran ciertos rincones como el vestíbulo, la sala y el comedor.

¿Cómo visitar la Casa Estudio Luis Barragán?

-Haz una reservación con tiempo de antelación en el teléfono 5515 4908.
-El costo de entrada general es de $400, pero si eres estudiante pagarás $150.
-Considera los horarios de visita: Lunes a viernes 10:30am, 11:30am, 12:30pm, 3:30pm y 4pm y sábado y domingo 10:30 y 11am.
-Toma tus precauciones, la casa no cuenta con estacionamiento. 

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Ubicado frente a la Alameda Central, el nuevo museo del Centro Histórico de la Ciudad de México, el Museo Kaluz, abrió sus puertas con una colección que define lo mexicano a través de paisajes y retratos, que te muestran la visión de los grandes artistas de México a lo largo del tiempo.

El edificio tiene su origen en el siglo XVIII y fue un lugar que funcionaba como casa de descanso para los padres agustinos provenientes de España en su travesía para evangelizar Filipinas. Después de la independencia tuvo muchos usos comerciales y habitacionales, de hecho, este lugar es conocido por ser la vecindad en donde nació el comediante Germán Valdez “Tin-Tan”.  En los últimos  años del siglo XX se convirtió en el Hotel de Cortés y fue hasta 2016 que se llevó a cabo la meticulosa remodelación que dio lugar al Museo Kaluz.

A un costado del predio se encuentra el enorme mural Jardín Urbano, realizado por Vicente Rojo, una suerte de paisaje figurativo que resalta por sus círculos y líneas. En su interior la exposición inaugural del recinto México y los mexicanos, está dedicada al arte mexicano con las obras más representativas de la colección, a partir de dos grandes núcleos: los paisajes y los mexicanos.

En la primera parte te adentrarás en la mirada del panorama natural y urbano que compone al país, desde los grandes volcanes, pasando por los frutos que crecen en nuestra tierra, hasta las edificaciones que conformaron la ciudad en el pasado, con artistas como María Izquierdo, Gerardo Murillo “Dr. Atl” y José María Velasco. La segunda es un recorrido a través de retratos de personas que vivieron en los primeros años de la conquista, escenas costumbristas, la religión e incluso un subnúcleo dedicado a la denuncia social donde resalta la pobreza y las injusticias de las clases altas, misma con la que cierra la exposición.

Entre los más de 200 cuadros que constituyen la muestra, se encuentran cuadros contemporáneos que contrastas el pasado y el presente, con visiones de las construcciones contemporáneas que hoy vemos en la CDMX. Entre sus aciertos está la inclusión de mujeres artistas como Angelina Beloff, Rosario Cabrera, Fanny Rabel, María Izquierdo y Mercedes Zamora. Aunque también encontrarás cuadros de Rufino Tamayo, Pelegrín Clavé, Joaquín Clausell, Ángel Zárraga, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Raúl Anguiano y Cordelia Urueta.

El Museo Kaluz llega como una interesante propuesta con obras poco conocidas de artistas mexicanos; se siente como un descanso de las propuestas visuales de museos clásicos de la ciudad como MUNAL o el Museo del Palacio de Bellas Artes.

Ojo, debido a la situación actual, el museo solo abrirá de jueves a domingo, no hay guardaropa disponible y los boletos únicamente se pueden reservar a través de su página oficial.

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Museo Diego Rivera Anahuacalli
Museo Diego Rivera Anahuacalli

No, no has entrado en la dimensión desconocida, simplemente entraste a la dimensión del capricho de Diego Rivera (1886-1957), el famoso muralista mexicano, quien construyó esta maravillosa anomalía arquitectónica inspirada en lo prehispánico –pero así, en lo general: cualquier maya o azteca que mirara este edificio le parecería tan maya o azteca como Disneylandia–.

Construida en su totalidad de piedra volcánica, tiene las ventanas cubiertas de alabastro y más recovecos y escalinatas en su interior que el templo a una diabólica deidad mesoamericana en una película de El Santo. Por todo lo anterior, es un magnífico paseo. Incluso por el hecho de que a pesar de estar rodeado de ciudad por todas partes, se encuentra prácticamente lejos de todo y llegar ahí ya es en sí mismo una odisea.

Diseñado por el propio Rivera con alguna asesoría del gran arquitecto Frank Lloyd Wright, el edificio fue terminado de construir los años posteriores a la muerte del pintor e inaugurado en 1964. El Anahuacalli (que en náhuatl significa casa del Anáhuac, que a su vez significa: cerca del agua) contiene piezas precolombinas de la colección del propio pintor (compuesta por más de 50 mil piezas), así como obra y bocetos del artista.

En su explanada se presentan espectáculos y performance y en la sala aledaña suele haber conciertos de cámara, así como exposiciones. La vista del sur de la ciudad desde su terraza es magnífica.

Fridabús
Tienen un servicio de transporte entre este recinto y el Museo Frida Kahlo Casa Azul con un costo de $100. Incluye la entrada a ambos espacios.

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Museo Frida Kahlo. Casa Azul
Museo Frida Kahlo. Casa Azul

Lo que hace particular a este museo ubicado en Coyoacán, es que fue la casa donde nació, vivió y murió Frida Kahlo. Cuando uno entra a la Casa Azul, se transporta inmediatamente al universo de Frida y dentro de él no sólo se encuentran algunas de sus más famosas obras como Viva la Vida y Frida y su cesárea, sino que también hay diarios, vestidos, espejos y hasta su cama. De hecho, en la que fue su habitación se encuentran sus cenizas.

Esta casa es historia en sí misma. No solo porque aquí creció la pintora mexicana, la Casa Azul se convirtió en el centro de reunión de la vida bohemia de la Ciudad de México de las décadas de los treinta y cuarenta. Aquí también vivió Diego Rivera. Incluso él permaneció en la casa después de su divorcio de Frida, en un cuarto independiente que ahora funciona como espacio para presentar parte de la colección prehispánica del muralista y pintor.

En vida, Diego Rivera le pidió a Dolores Olmedo que cuando ambos murieran convirtiera la casa en museo, dejando todo abierto al público con excepción de un baño, el cual podrían abrir 15 años después de su deceso. Esos años se convirtieron en 50 y al abrir dicho espacio incógnito del Museo Frida Kahlo. Casa Azul, se descubrieron miles de documentos, fotos, vestidos, libros y juguetes. Fue necesario acondicionar el inmueble de al lado del museo para poder exhibir todos estos nuevos objetos encontrados en la casa.

Como es de esperarse, al entrar a Casa Azul uno descubre decenas de obras de arte creadas por Frida Kahlo. Entre las más destacadas: Viva la vida (1954), un óleo con sandías como protagonistas; un retrato de su padre, Guillermo Kahlo (1952), y Frida y la Cesárea, una pintura inconclusa de 1931.

Pero no solo tienes oportunidad de conocer arte mexicano. Perderte entre las habitaciones de la casa de Frida Kahlo, es también encontrarte con objetos que fueron parte del día a día de esta referencia del arte mexicano. Por ejemplo, te sentirás como en un viaje en el tiempo cuando veas en vivo uno de los caballetes que utilizó la artista y o los óleos y pinturas pastel que hay en su estudio. Aunque seguramente tu emoción será mayor al ingresar a su habitación y notes que no era mito: la cama de Frida sí tiene un espejo en la parte superior.

Asimismo, podrás visitar algunas exposiciones que llegaron al Museo Frida Kahlo para quedarse. Es el caso de Las apariencias engañan: los vestidos de Frida Kahlo; curada por Circe Henestrosa Conoan, se trata de la primera exposición montada a partir del guardarropa de la exhabitante de esta casa.

El museo ofrece visitas guiadas dramatizadas tanto diurnas como nocturnas, estas últimas amenizadas con jazz. Se recomienda comprar los boletos para estas visitas con anticipo, ya que vuelan. Para un recorrido habitual, te sugerimos comprar tus entradas para el Museo Frida Kahlo en su página de Internet, así evitas formarte en la taquilla —créenos, es larguísima.

Por su valor histórico y artístico, el Museo Frida Kahlo es uno de los emblemas de Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. Pero también de la CDMX entera: junto con el MUNAL, el Museo Nacional de Antropología, el MUAC, el Museo Tamayo y el Museo de Arte Popular, es de los museos que debes visitar al menos una vez en la vida.

Fridabús
Existe un servicio de transporte entre el Museo Frida Kahlo y el Museo Diego Rivera Anahuacalli, otro edificio dedicado al arte que te permitirá conocer más acerca de la vida y obra de Diego Rivera y Frida Kahlo. Este tour tiene un costo de $130 y $65 para niños menores de 12 años. Incluye la entrada a ambos espacios.

Sobre las entradas
Considera que este museo de Coyoacán no tiene las mismas dinámicas que otros centros culturales de la Ciudad de México, que ofrecen entrada libre los domingos. Sin embargo, los niños menores de seis años tienen entrada gratuita a la casa de Frida Kahlo en cualquier horario; mientras que estudiantes, profesores, niños y adultos mayores pueden entrar con un precio especial. Actualmente, el costo del boleto es de $270 para extranjeros y $130 para nacionales los fines de semana; de lunes a viernes entrar a la Casa Azul es un poco más accesible, los precios están en $250 y $210.

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