Fue en 1995 cuando Jesús Galindo, fundador del museo, encontró piezas prehispánicas dispersas en los ejidos de Tláhuac. Una vez recolectadas y validadas ante INAH, se dio apertura al Museo Regional Comunitario Cuitláhuac en 2002 en lo que era solamente una casa habitacional.
Los principales atractivos del MRCC son los braseros ceremoniales dedicados a Tláloc (dios de la lluvia), Xolonen (diosa del maíz tierno), Chicomecóatl (diosa del sustento) y Tonacacíhuatl (dios del sustento); este apartado hace referencia a la religión del periodo posclásico tardío.
Hay otro espacio dedicado a la vida cotidiana, en la que exhiben piezas donadas por la comunidad que se encontraron en excavaciones o el mismo campo: puntas de flecha de obsidiana y hueso, metates, vasijas y ajolotes.
En el MRCC también cuentan con ceremonias de temazcal (puedes llamar para apartar lugar o llevar a un grupo de amigos), herbolaria y talleres. Este recinto es un claro ejemplo del anhelo por salvaguardar el patrimonio histórico bajo la curaduría de piezas invaluables.