Conocido también como cerro encorvado o lugar de Culhuas, Culhuacán es uno de los 21 barrios mágicos de la Ciudad de México, entre los límites de Iztapalapa y Coyoacán.
En la época prehispánica, el pueblo de Culhuacán fue el primer asentamiento humano en el Valle de Anáhuac y en él surgió el primer emperador de México: Acamapichtli. Ahí se realizaron tres ceremonias del Fuego Nuevo, un ritual celebrado cada 52 años, en el que se sacrificaba a un hombre prendiéndole fuego sobre el pecho y así, representaban el símbolo del nuevo comienzo.
Su edificación más relevante es el Ex Convento de San Juan Evangelista, el cual es uno de los mejor conservados de la Ciudad de México. En sus paredes encontrarás pinturas originales de la época, escenas con imágenes anacrónicas de distintos santos y también la influencia del arte islámico en la decoración del marco de las puertas. Igualmente hallarás restos originales del recinto, como las celdas de los frailes y los confesionarios.
En las instalaciones de este lugar se encuentra este espacio digno de fotografía: un embalse con garzas y areas verdes a su alrededor, las cuales te invitan al descanso. Antiguamente este estanque y embarcadero era el encargado de conectar a los pueblos de Xochimilco y Chalco que, junto con Culhuacán, se dedicaban a la agricultura chinampera. Cuenta con un foro al aire libre donde se realizan bailes, exposiciones, conferencias, la Feria Latinoamericana del Tamal y el Festival Medieval México.