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El personal y algunos clientes dice que han visto un fantasma cachondo, al cual apodaron “Tomi”.
Dedicado al espíritu leather, este bar abrió sus puertas hace 20 años en un edificio construido en 1956, en Insurgentes.
“Siempre pensé en hacer un club más clásico que trendy, la forma de conseguirlo era pensar más en términos de comunidad que de antro. Los hombres que entran al Tom’s de algún modo comparten un mismo código de diversión. Además procuramos actualizarnos en música”, comenta Miguel Antonio Pujana, dueño fundador del Tom's.
Miguel recuerda que abrió el bar porque quería que en la Ciudad de México hubiera un espacio en el que la homosexualidad y los fetichismos de masculinidad extrema no fueran un cuartel escondido y hostil.
Se dice que dos décadas pasan como agua. Cierto. Pero también son suficientes para cultivar anécdotas que, en perspectiva y sin exagerar, forman parte de la lucha por la visibilidad gay de la ciudad.
El personal y algunos clientes dice que han visto un fantasma cachondo, al cual apodaron “Tomi”.
Cuando lo clausuraron en 2004, unos ladrones hicieron fi esta. Todo el personal de Tom's mostró su lealtad a vigilar 24/7 hasta que abrió de nuevo.
Una revista se equivocó en la fecha de su aniversario y lo celebraron dos veces.
Los han visitado personajes famosos como los diseñadores Jean Paul Gaultier y Doménico Dolce.
El personal solía quedarse hasta muy tarde para jugar Maratón en la barra, por eso nombraron a algunos días como “Noches de MaraTom’s”.
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