Fue en 1978 que Xabier Lizárraga fundó, de la mano de Claudia Hinojosa, Alma Aldana y Max Mejía, el grupo Lambda de Liberación Homosexual. Organización que además de atacar la homofobia, tenía una mirada antipatriarcal y feminista. Ese mismo año, sucedería la primera Marcha del Orgullo Homosexual en la CDMX. Además de activista, Xabier es antropólogo y ha estado involucrado de alguna u otra forma en la comunidad por más de cuatro décadas. Platicamos con él sobre su historia en las primeras marchas, lo que piensa de la comunidad LGBTQ+, y lo que le gustaría en un futuro.
¿Cómo era el activismo en los setenta en México?
Para muchos, era un lugar para conocer gente. En los 70’s era muy peligroso ser homosexual. Aquí [En la hoy Ciudad de México], por tantos que somos, se podía pasar más o menos inadvertido. Además, a principios de los 70's habían bares gay, pero en ellos no se podía bailar, no se podía agarrar de la mano a la pareja o al amigo o lo que fuera, mucho menos darle un beso. Éramos jotos decentes [risas]. Moderados por las reglas de los lugares.
¿Les daba miedo la represión policiaca en la marcha?
Obviamente sí. Las primeras marchas, tuvimos cierto temor a que fueran reprimidas. Y no solamente reprimidas por la policía. Sino que incluso fueran atacadas e insultadas por parte del público. Pero este miedo se nos quitó rápidamente por el entusiasmo y porque no hubo respuestas realmente negativas. Siempre hubo algún comentario negativo, pero eran los menos.
Entiendo que está en contra de la mercantilización de la marcha y de su explotación por algunas marcas. ¿Cuándo empezó esto?
A mediados de los de los 80’s fue más evidente. En un principio participaban empresas o instituciones como el Instituto Mexicano de Sexología. Pero poco a poco fueron aprovechándose otros comercios cuando vieron que aquello atraía a mucha gente. Nos convirtieron en plataforma de anuncio, pero esto ha ocurrido en todas partes del mundo. Ahora es peor porque lo llaman “pride”, no orgullo. No todos lo ponen en inglés pero algunos sí, incluso aquellos que están en contra del colonialismo: la incoherencia total.
Este año, al parecer, van a desaparecer los automotores. ¿Qué piensa de ello?
Mira, no estoy en contra de que haya empresas, pero estoy en contra de que en la realidad les importa un soberano cacahuate. Tampoco estoy en contra de los automotores, yo ya soy mayor, ya no puedo salir a marchar porque me canso. Me acuerdo que una vez pusieron un camión para los que no podían caminar, pero también subieron a Lucia Mendez porque era la reina que escogieron ese año, y no tenía necesidad de ser llevada. Me pareció un verdadero insulto y una declaración clara de homofobia disfrazada de solidaridad.
¿Qué cambios te gustaría ver en el colectivo a partir de ahora?
[Ver a una] comunidad de verdad. Me gustaría que hubiera una unión en intereses comunes. Y que lucháramos sin protagonismos. Por eso estoy en contra del acrónimo de la sopa de letras y de tanta bandera diferente. Pareciera que cada quien va a lucir su identidad y a ser protagonista. Yo no soy importante, es importante el activismo de las sexualidades no hegemónicas.
También, revisa todo nuestro especial de junio Orgullo por siempre.