Los mejores bares gay para ir en sábado

La cerveza se vende por litro en unos vasos de plásticos, pero la bebida de la casa es por mucho buena y cumple con su función: amenazar y desinhibir a quien se atreva a tomar gin con vodka, arándano y trozos de fresas por $85. 

Las paredes están en bruto y hay mesas alargadas y altas al fondo, lo que se presta para estar parado. Posee una tarima con barandal que invita a subir a bailar al público.

Este bar-cantina-pista de baile se encuentra en el traspatio de la tienda La Hacienda del Viejo donde se venden texanas, botines, chamarras de cuero y camisas de cuadritos, el outfit que todo cowboy necesita. 

La entrada es la misma que Teatro Garibaldi, sólo que Divina posee un espacio amplio con dos tarimas para que los gogos bailen o de vez en cuando, algún valiente se suba para mostrar sus mejores pasos.

Con este movimiento de locación pareciera que el Envy pretende seguir los pasos del Living, en cuanto a eso de andar errante. Se cambió de los andares de Lomas de Chapultepec a una de las avenidas más transitadas de Polanco.

Baby es un club que recién abrió sus puertas sobre la calle de Londres, a tan sólo unos cuantos pasos de Insurgentes y cuyo mejor atributo es su sencillez.

Este es el bar por antonomasia de los osos, comunidad que celebra los cuerpos regordetes, los pelos en pecho y la hipermasculinidad, aunque en este bar de la calle de Londres está abierto a toda la diversidad. 

Lejos, muy lejos, pero con una de las propuestas más sólidas y bien armadas en cuanto a show travesti. Lo mejor de este sitio son la variedad de baños pensando en la comodidad y variedad de sus clientes, como baños neutros.

Esta franquicia icónica de la Zona Rosa cuenta con jueves lésbicos. Hay de todo: música pop, reggaetón y hasta conciertos de rock, si corren con un poco de suerte. Van todo tipo de chicas, desde inocentes fresas hasta rudas con peinados de raya. Ellos son bienvenidos.

El edificio ubicado en el número 72 de la calle Independencia luce como cualquier otro a la luz del día, sin embargo su sótano alberga uno de esos pequeños bares donde todo puede ocurrir: LAS MÁS.