Little Girl
Foto: Cortesía de la producción
Foto: Cortesía de la producción

Little Girl, Sasha tiene cinco años y sabe que es trans

Una película LGBTTTI sobre infancias trans que estará en cines de la CDMX en julio y agosto

Stivi de Tivi
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Tengo muy presente el día que en mi secundaria nos dieron un papel que tenían que firmar mis padres de enterados. Aquí un poco de contexto: crecí en Guadalajara, mi escuela era jesuita y estamos hablando de finales de los noventa, por lo que no es de sorprenderse que ese mensaje fuera para informar sobre la llegada de algo que atentaba contra la integridad familiar. En esta ocasión (porque fueron varias) comunicaban que se estrenaría una película europea en la que fomentaban que lo niños pequeños se pudieran vestir de mujer, enamorarse de hombres y vivir una vida de llena de colores pastales bastante inapropiada. Los rectores estaban hablando de Mi vida en rosa, filme belga que efectivamente presenta la historia de Ludovic, un pequeño que se identifica como mujer y no el género con el que nació.

Tanto rechazo a este producto obviamente provocó morbo en mí, por lo que hice hasta lo imposible para verla. Lo que me encontré fue un filme encantador sobre alguien que lucha por ser feliz sin importar el rechazo. Desde ese entonces me nació esta duda: ¿Qué sucedería si las personas a las que se les obligó rechazar el filme, hubieran sido fomentadas a verla? Con esto en mente entré a ver el documental francés Little Girl que se estrena este fin de semana en algunos cines de la ciudad.

La película nos presenta a Sasha Kovac, una pequeña niña que vive en un pueblo francés. Ella adora jugar con muñecas, bailar ballet y vestirse con vestidos de princesas. No importa que ella nació como un hombre, desde los cuatro años se identifica como una mujer. Su madre Karine, su papá y sus hermanos la quieren y apoyan, por lo que acompañamos a esta familia en el proceso de transición que comenzará Sasha. Al mismo tiempo, cuentan cómo fue para ellos entenderla y saber que no era una simple etapa sino su deseo de vida.

Estamos ante un bello y necesario trabajo sobre un proceso que pocas veces es retratado con una mirada inocente. La familia de Sasha sabe que ella está protegida en el hogar, pero tienen miedo al momento en que su hija se deba de enfrentar al rechazo del exterior, por lo que empiezan a luchar varias batallas entre ellas en su escuela. Los encargados de poner las dificultades en la historia son justo las personas encargadas de la educación de la protagonista, quienes no desean darle lo que tanto desea: ser reconocer como una mujer.

La relación entre la mamá y Sasha es lo más hermosa que he visto en mucho tiempo en cines. Karine es el vivo ejemplo de que no es tan difícil entender a la otra persona; solo es cuestión de escucharla, sentirla y ayudarla. En medio de tantas historias trágicas que ponen el estigma de que las personas trans han tenido una vida triste, tenemos una pieza íntima, emotiva y llena de amor. La cámara no es intrusiva por lo que nos permite estar adentro de la familia Kovac, para acompañarlos en sus buenos y malos momentos mientras que el entorno visual acompaña perfecto al mundo que la protagonista desea ver.

A mí no me tocó que mis compañeros de la escuela vieran Mi vida en rosa, pero con Little Girl tengo una gran oportunidad de que mi generación y otras pueden conocer una historia con el poder de hacerte desear la felicidad de una pequeña niña llamada Sasha.

Little Girl. Dir. Sébastien Lifshitz. Con Sasha. Estreno: Jueves 29 de julio

Recomendado: Guía sobre la comunidad trans en la CDMX.

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