"Ya no escucho muchas cosas nuevas", responde Henri Donadieu, francés afincado en México desde los setenta, a la pregunta de si hay bandas de génesis reciente que le llamen tanto la atención para presentarlas como las propuestas que marcarán tendencia en el ahora El 9 de Amberes. “Imposible pensar hoy en clubes gay que presenten en su cartelera bandas al estilo de Caifanes o Café Tacvba como sucedió en las noches de El 9”.
Foto: Alejandra Carbajal
Y es que El 9 fue un bar gay de los ochenta que él fundó y enalteció, siendo impulsor de vanguardias que siguen estando vigentes, quizás más que nunca. “Me alegra saber que ayudé a la hoy Ciudad de México a visibilizar la diversidad sexual y con ello empezar a hablar de respeto en términos más reales y callejeros”.
Hoy, Donadieu no solo está cumpliendo un año de haber reabierto su histórico club de Zona Rosa, también presenta su libro La noche soy yo (Editorial Planeta, 2019), una suerte de precuela gonzo o spinf off autobiográfico después de que Tengo que morir todas las noches
(Grupo Editorial México, 2014), de Guillermo Osorno, pusiera a dicho sitio en el mapa de las referencias contraculturales de la capital.
Foto: Alejandra Carbajal
“Estoy muy contento con todo lo que está pasando con mi nuevo libro y de la respuesta sobre todo de los jóvenes lectores que se interesan por los orígenes de la cultura subterránea de México, incluso más allá de la diversidad sexual”.
Recuerda cómo su antro atrajo a protagonistas considerados fundacionales de la contracultura nacional, como Rogelio Villarreal con sus icónicos fanzines La regla rota y La Pus moderna y Guillermo Fadanelli con la histórica revista Moho, así como a Alejandra Bogue, actriz y vedette transgénero.
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