Este bar gay se encuentra en el centro de Guadalajara, exactamente en la esquina de Francisco I. Madero y Enrique Gonzáles. Llegué pasadas las nueve de la noche y en la puerta al sólo mostrar tu identificación te dejan pasar.
El edificio está dividido en dos secciones: la planta baja y la terraza. En la parte de abajo hay periqueras, una barra del lado izquierdo y un escenario para shows drags. Como era temprano cuando llegué, no había gente.
El mesero que me atendió me recomendó subir a la terraza porque había más ambiente, así que fui al fondo y subí un piso y medio hasta la azotea del lugar. Este espacio, al igual que la planta baja, tiene una barra y periqueras amarillas y está adornado con algunas lámparas chinas con focos que cambian de color.
Pedí la carta que no es nada complicada; cerveza, coctelería básica como las clásicas cubas y palomas, chicharrones, papas a la francesa y limonadas. Por el calor que hacía pedí una bola de cerveza oscura de barril. Del lado izquierdo de la barra hay una lona blanca en la que el dj proyecta los videos que programa. Ya que no hay una pista como tal, la gente se para a bailar entre las mesas.
Después de charlar un poco con la mesera y con algunos chicos, me enteré que la terraza funciona desde las 6pm y conforme cae la noche, la gente baja al primer piso a disfrutar de los shows drags que programan o a las fiestas temáticas que tienen semanalmente.
Green Light no es un lugar glamoroso, funciona como un bar para chelear desde temprano o precopear si vas a otro antro a bailar. El único pero que pondría es que el dj no tiene una buena curaduría de música, sólo se dedica a poner éxitos que cambian radicalmente de un género a otro, lo que rompe con la energía del lugar.