Ula LaFaggot
Foto: Crédito Ula LaFaggot
Foto: Crédito Ula LaFaggot

Entrevista con Ula LaFaggot

Platicamos con la elegante y gótica drag, dueña de las fiestas LGBTTTI en la Ciudad de México

Gil Camargo
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La primera vez que vi a Ula LaFaggot fue en El Oasis hace un año, cuando se presentaba junto a Debora “la Grande” y juntas se hacían llamar Las Curvas Peligrosas.

Lo que atrapó mi atención fue su estilo elegante y gótico, de cierto modo sensual y frío, mientras actuaba un popurrí de diálogos tomados de películas como Mujeres al borde de un ataque de nervios y Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.

Después de un descanso, Ula LaFaggot retoma su vida artística y comienza a presentarse en todas las fiestas para la comunidad LGBTTTI. Desde Bananarama hasta el Hallowoof de osos, Ula volvió por lo que es suyo.

Platicamos con Daniel Zamora, quien da vida a Ula para conocer más sobre esta trashy postpunk drag.

¿Quién es Daniel Zamora?
Soy una persona inquieta, creativa, me gusta la belleza y la oscuridad, disfruto lo complejo y lo simple, contradictorio en todos los sentidos, pero fiel a mí mismo.

¿Cómo nació Ula?
Hace cinco años. Siempre tuve la inquietud desde muy niño pero se materializó por primera vez como un regalo de cumpleaños a un amigo en el Club de Roshell. Originalmente su nombre era simplemente LaFaggot, pero resultaba difícil de memorizar y pronunciar, así que le añadí el nombre Ula.

¿En qué te inspiraste para nombrarla?
Siempre me he considerado un maricón postguerra, afeminado, vago y maleante. Originalmente Ula era más transgresora, pero por muy agresiva que fuera no podía dejar de lado su obsesión con la elegancia y el estilo parisino, por eso su nombre se pronuncia con cierto acento frufrú.

¿Cuáles son tus influencias?
Ula siempre ha sido una iconoclasta moderna, es por eso que toma todos los grandes iconos femeninos, los destruye y los reinventa para crearse a sí misma: personajes históricos, deidades, estrellas musicales, personajes de la cultura pop, cualquier símbolo que represente una feminidad, incluida mi madre.

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