Ophelia Pastrana es física, tecnóloga, comediante y youtuber. Ha sido conferencista en TEDx en cuatro ocasiones y también ha aparecido en la lista de las 100 mujeres más influyentes de la revista Forbes en dos ocasiones. Es experta en contenidos digitales, ha sido docente y es activista para la visibilización de la comunidad LGBT. Definitivamente, Ophelia es un referente en las tecnologías de la información y, también, para la comunidad trans.
Platicamos con ella sobre su trabajo como tecnóloga, comediante y youtuber, la brecha salarial y más.
Como una mujer en una industria principalmente de hombres, ¿cómo has logrado destacarte?
Sobresalir cuando eres mujer es subir una montaña muy empinada porque hay gente que activamente aboga por que tú no existas. En mi caso, lo he logrado con mucha suerte: soy una mujer muy privilegiada y tuve una cantidad de ventajas como el haber estudiado un posgrado; el sistema me beneficia. Eso siempre me ha parecido muy roto, pero como la del privilegio soy yo, acepto mi privilegio y entiendo que a veces sin querer soy parte del sistema del que me quejo. Y también hay mucho trabajo y muchas mujeres que me apoyan.
¿Crees que existen iguales oportunidades para mujeres, mujeres trans y hombres en tu profesión?
La estadística de desempleo de las mujeres trans es de tres o cuatro veces la media nacional, ¿cuánta gente trans conoces que trabaje?, ¿o que tenga una educación? Las mujeres y los hombres trans somos continuamente discriminados. Por supuesto que las oportunidades responden a un orden patriarcal y se le ofrecen primero a los hombres cis, hetero, blancos, y de ahí para abajo.
¿Qué me puedes decir de la brecha salarial?
Las mujeres trans ni trabajo tenemos. Entonces, esa brecha es infinita. Y sí hay algo en la actitud de cómo se enseña a negociar a los hombres y a las mujeres, estereotípicamente. Nunca culparía a las mujeres de la brecha salarial, sino a la educación. Se les ha enseñado que tienen un valor inferior al de los hombres y eso es violentamente ridículo. Mis amigas mujeres que están en comunicación ganan menos que mis amigos hombres, pero porque a ellas les ofrecen menos chambas. Reciben dos papeles versus seis que reciben los hombres, por ejemplo. Hacemos menos dinero en general porque se considera que la mujer no es la norma. Si haces una película con solo vatos, se considera normal: Fast and Furious. Pero si haces una película con sólo mujeres, ya es de nicho. Eso afecta la brecha salarial.
En cuanto al standup, ¿cómo has logrado destacarte como una mujer trans?
Destaqué porque hay acción afirmativa. Mi comedia ha de tener un factor redituable y por eso me invitan, y otros están tratando de cumplir la cuota y a eso no le voy a decir que no. Yo resalto porque hablo de un tema que no se habla mucho que es la diversidad. Y si el que me inviten se le considera destacar, celebrémoslo así, para que quien diga que las mujeres no podemos hacerlo se joda.
En algún momento mientras desempeñas tu trabajo, ¿te has sentido insegura?
En todos los momentos. Me han amenazado por caminar en la calle, el toqueteo, el acoso, me vulneran por ser una figura pública. La estadística de expectativa de vida de una mujer trans es de 35 años, yo ya soy longeva. En 2020, que fue un año muy difícil, yo enterré a tres amigas.
Muchxs te vemos como una persona que está ayudando a construir mejores condiciones profesionales para todxs, ¿tienes alguna intención de serlo?
Pensando que puede que yo esté acá por tiempo corto, mi intención es que nadie tenga que pasar por lo que yo pasé. Ojalá esto sirva para la gente de la diversidad: madres divorciadas, neurodivergencias, cualquier discriminación.
¿Te consideras feminista?
Sí, a ciegas. Muchos dicen que “yo no puedo ser” feminista. Pues que me demanden. Hay millones de modos de ser mujer, y estoy en total desacuerdo con que ser mujer es tener una vulva, porque eso reduce a una mujer a sus genitales.
¿Crees que recientemente hay menos discriminación y más empatía que hace unos años?
Si lo vemos por décadas, sí: hace 20 años no existía la definición de bisexual, ni el matrimonio igualitario ni la Ley Olimpia. Pero hay retrocesos, como los grupos de feministras transodiantes que hace tres años no estaban organizadas. Hay gente gay, trans y mujeres en el poder desde antes de la iglesia. Y eso que no se le olvide a nadie, la existencia es mucho más de lo que dice el sistema.
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