Su nombre comenzó siendo sólo un seudónimo con el cuál firmaba su trabajo, pero se volvió tan suyo que decidió adoptarlo como propio. Medusczka hace referencia a la criatura marina y a la gorgona de la mitología griega, Medusa.
Esta ilustradora trans estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente realiza su trabajo y proyectos desde la autogestión en los cuales aborda temas de género. Platicamos con ella sobre sus ilustraciones, transfeminismo y arte.
¿Cómo ha sido dar a entender tu trabajo?
Lo que me fascina de la ilustración es que uno de sus principales objetivos es comunicar un mensaje de manera accesible a partir de un texto o de algún concepto. Me gusta emplear elementos del imaginario popular mexicano con los que la gente se reconoce y con los que está profundamente familiarizada pero les doy un giro, sacudiéndoles la manera tradicional en la que están acostumbradas las personas a ver. A mí me resulta como una herramienta que me abre más posibilidades comunicativas no sólo con las personas que saben de los feminismos o del género, sino con quienes nunca han indagado en las teorías feministas.
¿Cómo han sido recibidas tus ilustraciones y colaboraciones por el público?
Generalmente la respuesta de la gente frente a mi trabajo suele ser positiva. Aunque de pronto me he enterado de algún comentario a la defensiva en redes sociales por una u otra de mis ilustraciones, porque algunas cuestionan el status quo.
¿Tu trabajo es específico para la comunidad LGBTTTI?
Lo fue al inicio, cuando abordé la llamada “diversidad sexual” hace tres años. Pero mi permanencia ahí fue casi fugaz porque tan pronto como decidí indagar primero en la teoría queer y luego en los feminismos, mis posturas y discursos han ido transmutando y han tomado un nuevo giro que no termina. La gente suele encasillar mi trabajo en la limitada categoría de “arte gay”, incluso hay quienes me han metido en la de “nuevas masculinidades”, tristes categorías que no me alcanzan para la revolución que tengo en la cabeza, mi propuesta no es gay porque para empezar no me asumo como “onvre”.
Tampoco es netamente LGBTTTI, porque este movimiento se ha vuelto institucional y yo apuesto por la autonomía. Mi trabajo está más orientado al devenir transfeminista que vivo y que comparto con otras personas, más con la disidencia sexo genérica, mi trabajo ha encontrado aliadas en el feminismo, a veces en el lesbofeminismo y con la causa trans.
Mi trabajo es más bien personal, lo hago político y activo desde ahí.
Desde tu punto de vista, ¿cómo es el arte LGBTTTI en la Ciudad de México?Dedicarse al arte en este país es ya por sí mismo un acto de resistencia, se vuelve una cuestión casi como de gueto. Sin embargo, considero que las personas que están en la sigla G deben padecerlo menos que el resto de las siglas. Los “onvres gays” suelen ser quienes más oportunidades tienen, finalmente su condición de “onvres” dentro del patriarcado les ha hecho ganar más espacios y visibilidad. Me temo que esto no ha cambiado mucho en la actualidad y en lo local te encuentras con muy poca visibilidad o pocos espacios que expongan el trabajo artístico de lesbianas, mujeres trans o de personas transfeminizadas. Por otro lado, conozco personas LGBTTTI que ilustran o diseñan y tienen un empleo, que están integradas, que perciben un salario y que cumplen un horario de oficina, pero evidentemente su trabajo está desvinculado del tema y más bien obedece a peticiones de terceros para quienes trabajan, pero aún en este sector la población trans y sobre todo las mujeres trans siguen sin tener mucho acceso porque viven la transfobia y la misoginia sistemáticas.
¿Consideras que el arte LGBTTTI en México se encuentra en su punto máximo?
Sin duda creo que están surgiendo expresiones artísticas que abordan la condición LGBTTTI, pero me parce que hace falta más resistencia frente a la heteronormalización de nuestros cuerpos, de los deseos y las subjetividades de las personas no heterosexuales. Hace falta más expresiones artísticas que cuestionen el sistema político de la heterosexualidad y para ello una herramienta como el feminismo me resulta indispensable.