El director de Yo soy la felicidad de este mundo, Julián Hernández, nos habla sobre su nuevo trabajo
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Entrevista con el director Julián Hernández

El director mexicano, ganador de dos premios Teddy Award, regresa con película bajo el brazo. Charlamos con él sobre su más reciente filme Yo soy la felicidad de este mundo

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El cine LGBTTTI es importante porque expone las problemáticas que sufre la comunidad y concientiza a la población, como los documentales gay de la CDMX, lo que genera un ambiente menos hostil y más abierto en el que cabe la diversidad.

Después de rondar por algunos festivales cinematográficos, el director Julián Hernández estrenó en salas de cine Yo soy la felicidad de este mundo. Platicamos con él sobre el proceso de su trabajo que nos dejó un excelente sabor de boca.

Pasaron cinco años desde que Julián Hernández ganó por segunda ocasión el Teddy Award, en la categoría de Mejor Película de Temática Gay, por Rabioso sol, rabioso cielo. Esta obra titánica de tres horas (como el propio director reconoce) fue un fracaso taquillero. Después de esta historia amorosa de tres hombres, era momento de hacer un cambio radical.

"Cuando regresé de Berlín sentí que debía hacer una película distinta en la forma. Mucha gente ve mis largometrajes anteriores como una trilogía. Necesitaba trabajar con alguien más en el guión, porque siempre habían sido de mi autoría", explica Julián.

"En este proceso vi una comedia de Apichatpong Weerasethakul llamada Las aventuras de Iron Pussy, sobre un espía transgénero. Quería hacer algo similar. Le pedí a la dramaturga Malú Huacuja que escribiera un guión. Como yo dominaba la construcción de la imagen, le solicité que hubiera más diálogos, no como los míos que podían no estar y no ocurría nada. Así nació Rencor tatuado."

Sin embargo, antes de comenzar este thriller que será su quinto filme, Julián realizó el cortometraje Alarido. En él describe un intenso ménage à trois entre Andrea Portal, Gabino Rodríguez e Iván Álvarez. Sin proponérselo, se convertiría en el núcleo de su más reciente filme Yo soy la felicidad de este mundo.

"Roberto Fiesco (su eterno cómplice y productor) me dijo: 'Ya no hagas cortos, comercialmente no sirven para nada. Debes completar Alarido con otra cosa'. De ese modo comencé a escribir esta película", comenta Julián.

Yo soy la felicidad de este mundo narra la relación de Octavio (Alan Ramírez), incipiente bailarín que atraviesa una crisis en su carrera por una lesión en la rodilla, y Emiliano (Hugo Catalán), director de cine que rueda un documental sobre el mundo de la danza. Como suele ocurrir en el universo de Julián Hernández, ese romance idílico colapsará tras la llegada de un tercer personaje, un escort (interpretado por Emilio von Sternenfels).

"Cada película responde a un momento particular de quien la hace. En mi caso, terminaba Signos de vida y rebeldía, un documental dedicado a la coreógrafa Gloria Contreras. Además, tengo una simpatía especial con la danza. Me gusta trabajar con bailarines, porque saben manejar su lenguaje corporal."

Un rasgo que distingue a este largometraje (filmado durante 14 días a lo largo de tres años) es que en medio del drama se percibe cierto optimismo. "Sí, es más esperanzador. Dentro de lo fatal que es la idea de no tener la habilidad para relacionarte con alguien", concluye Hernández.

Yo soy la felicidad de este mundo. Dir. Julián Hernández. México, 2013. Con Alan Ramírez, Hugo Catalán y Emilio von Sternenfels.

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