Daniel Vives Ego es toda una institución en el entretenimiento de la Ciudad de México. Ya sea por su música o por sus personajes en el programa Desde Gayola, este actor nos ha mostrado en distintas ocasiones sus capacidades como artista.
Platicamos con Daniel sobre su trayectoria y la importancia de su icónico personaje: La Supermana.
Muchos te recuerdan por tu personaje de La Supermana pero, ¿qué otros proyectos has realizado durante tu carrera?
Comencé en el teatro con Silvia Derbez, quien se convirtió en mi mentora. Ella me ayudó a mejorar mi técnica y me enseñó todo para que pudiera desempeñarme de la mejor manera en este negocio. Después comencé a trabajar en un show travesti, luego a realizar espectáculos de cabaret, tuve un programa de radio y grabé un disco titulado Mírame. Posteriormente llegó la oportunidad de hacer cine con Teresa Suárez en la película Así del precipicio, tiempo después comencé a trabajar con Horacio Villalobos en Desde Gayola y Farándula 40. Actualmente me encuentro conduciendo El templo del morbo y Diversidad Capital.
¿Cómo decidiste que querías dedicarte a la actuación?
Desde chiquito siempre fui muy vivas, me ponía cosas para personificar situaciones y personas, creo que eso me llevo a entender que tenía la facilidad para encarnar personajes.
¿Cuál es el origen de La Supermana?
Surgió por la necesidad de ayudar a las mujeres en desgracia, pero con el tiempo resultó que hace todo lo contrario: las mete en aprietos, les quita al marido, empeora las cosas. Realmente es un personaje entrañable que a la gente le sigue gustando, por lo que se ha en la televisión durante años, incluso fuera de Desde Gayola.
Desde su creación, La Supermana se convirtió en un ícono de la comunidad LBGTTTI. ¿Esto que significa para ti?
Es un gran halago que viene con una gran responsabilidad, entonces tengo que portarme bien, ser un ejemplo para esa parte de la ciudadanía, por lo que trato de acercarme a la gente y ayudarle.
En uno de los episodios de Desde Gayola, La Supermana muere al enfrentarse con Las Brujas, ¿cuál fue la reacción del público ante aquella situación?
Impresionante, de hecho fue algo que nos sorprendió mucho a Horacio Villalobos, a mí y a todos los involucrados en el programa. Llegaron a la oficina infinidad de cartas en las que el público se mostraba descontento, por lo que se tuvo que hacer un capitulo en donde revive gracias a la ayuda de su madre, La Supermadrota, quien apareció por primera vez en este episodio. En verdad no sé qué tiene este personaje que a la gente le gusta mucho.
Además de esta heroína, has interpretado a varios personajes memorables como Yolida, La Doña, Adela Macho y Anabel Chochoa, ¿cuál de ellos lleva mayor preparación?
Cada uno tiene características específicas y demanda ciertas cosas que mejoras cada vez que lo interpretas. Desde los movimientos, las expresiones, la postura, el maquillaje, la ropa que usa, peluquería y la voz, es todo un proceso que muchas veces la gente cree que es sencillo. Estos personajes son como trajes que esperan en un clóset a que tú les des vida.
¿Cuál crees que sea el futuro del personaje?
He tenido coqueteos con cine de Hollywood, por lo que existe la oportunidad de llevar a La Supermana a la pantalla grande. Esto sucedió en una de las develaciones de los shows de Desde Gayola en la que conocí al director Roland Emmerich, a quien le gustó el personaje, esperemos que suceda, me queda claro que algún día pasará.
¿En algún momento sufriste discriminación?
Todo mundo ha sido víctima de la discriminación, no importan las características físicas, la preferencia sexual o la vestimenta, siempre estamos expuestos a ella. Lo importante es aprender a no tomarle importancia a esas críticas, porque la gente juzga aquello que no conoce por miedo. De igual manera, esto nunca me afectó, porque de haber sido así, no sería el ser humano que soy.
¿Cómo fue tu transición?
Muy tranquila y con mucha calma. Tampoco he llegado a un proceso hormonal fuerte, todo proceso lleva tiempo para lograr el objetivo deseado, sobre todo cuando es un cambio físico. Aún recuerdo la primera vez que me vi en un espejo vestido de mujer, fue una impresión increíble me dije: ¡Wow! ¿Todo eso puedo ser? Siempre hay que tener conocimiento de causa y eso te lleva también a otro tipo de vida.