Daddy es para bailar, ligar y tomarse fotos frente a sus grandes letreros de luces neón. La sala principal resultó ser nuestro lugar favorito para jotear toda la noche.
En la puerta de Daddy, un letrero verde con el nombre del lugar te recibe junto a algunas drags que varían dependiendo el día, las recurrentes son Amondi Blunt, Tiresias, Dolores Black y Kanela. Luego de un pasillo, una cortina negra oculta el interior de un bar bastante amplio (poco común en los antros de la zona) y repletos de neones principalmente en verde y azul. El estilo industrial de esta especie de bodega de concreto con dos barras y baños con grafitis que te hace sentir el furor de estar en una fiesta clandestina.
Busca en las redes sociales quién tocará el día que vayas, pues el dj cambia cada semana. La noche que fuimos, la terraza estuvo a cargo de Don Esquivel Viiaan y Villaseñor con techno. Abajo, los beats no fueron muy variados; saltaban de un pop dosmilero común a un electropop bailable (nostálgico pero nada sorpresivo). Esto hizo que cayera la emoción de escuchar a Britney o Rihanna y de pronto algo que no venía al caso. En la terraza la música es un poco más tranquila y es ideal para fumar con la vista de los edificios de la Juárez.
Auguramos buen futuro para este nuevo antro de la Ciudad de México, pues se antoja como un espacio para desahogar un poco los concurridos antros de Zona Rosa y los bares del Centro, —por lo menos no mueres de calor en cuanto entras—. Además, no hay cover, hay promociones (encontré la chela en $15) y shows drags o de strippers. Vayas a bailar hasta muy tarde o de paso, Daddy es un nuevo punto obligado en tu visita de las noches de viernes o sábado.
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