Toda una leyenda masculina de la Ciudad de México, testigo y sobreviviente de la conservación de la cultura leather. Sus profundidades son un clásico de la diversión nocturna gay de la CDMX y sus martes de Toms una institución que rompe con el respeto de la semana Godínez y cuyos parroquianos van en constante aumento. Una de las experiencias de cuarto oscuro más genuinas, musicalizadas con ópera, punk, pop y electrónica atemporal que han hecho del Tom´s uno de los consentidos. Indispensable.
Andan álgidas las cosas por estos días. Hay que relajarse. Algunos nos amanecemos en fiestas al interior de un club de encuentro. También conocidos como cuartos oscuros, estos puntos son un histórico testimonio de la conquista y apropiación de los homosexuales por los espacios públicos de muchas ciudades del mundo y la CDMX no es la excepción. Surgieron ante la obligatoria necesidad de convivencia entre pares, sin inhibiciones, sacrificios ni prejuicios; para ejercer ese erotismo que al final define la homosexualidad, en un entorno alejado de la censura y el escarnio.
Cierto: estos espacios, al desafiar las buenas costumbres hetero, están destinados a ubicarse más o menos en una marginalidad práctica, no obstante, ese tufo de misterio es lo que alborota las mariposas en el estómago de la expectativa y la excitación, pero también fungen como sitios que reinventan el flujo urbano, aportan un dinamismo que con el paso del tiempo se convierten en parte de la historia de la batalla por la dignificación del colectivo homosexual. Cómo olvidar el ajetreo del cuarto oscuro de los buenos tiempos de El Taller o La Estación, que estaba en la calle de Hamburgo en la Zona Rosa, con sus policías pintados en las paredes, debajo de sirenas rojas y entre jaulas. Hoy se recuerda a estos episodios con sudoroso cariño y de no ser por ellos, la capital de México seguiría en un costumbrismo…
Recomendado: 10 experiencias de sexo gay que debes hacer en la CDMX.