Esta cantina es frecuentada por homosexuales que quieren manejar un bajo perfil. Es famosa por ser guarida de daddies y rancheros.Tiene una estructura con forma de L y dos pisos, sus mesas y sillas son pequeñas para que quepa más gente. Aquí todavía se sirve caguama en vaso de veladora.En la rockola suena música de banda, rancheras, baladas románticas y mucha cumbia.
Antros y bares LGBTTTI en el Centro
El antro que cambió la perspectiva de la noche gay en República de Cuba y motivó a los parroquianos LGBTTTI a salir del confort de la Zona Rosa, incluso de Polanco, empieza una nueva aventura con el Marrakech 2.0. El folclor pop lésbico-gay se abre paso en el pequeño, pero agitadísimo, pasaje de Filomeno Mata. A pocos días de abrir sus puertas es ya un éxito.
Este bar se encuentra en las entrañas del Centro Histórico. Los jueves son de karaoke y los viernes hay show travesti. La música obligada es banda y salsa para quitarse el frío. Este bar permite la entrada a mujeres. Para no perderse la charla, afuera hay ceniceros que fomentan compartir la fumada y el ligue.
Lo que más disfruto de beber una cerveza en un lugar como El 69, es que me recuerda esos tiempos mozos en los que el dinero era escaso y había que hacer piruetas adolescentes para emborracharse (que supongo era el imberbe objetivo). A El 69 uno va a pasarla bien, sin prejuicios de por medio ni grandes expectativas.
Cuando bajan las cortinas de los bares de costumbre en el Centro, seguramente más de una vez te has quedado con ganas de seguir la fiesta. Si eso te ocurre y no quieres ir a Garibaldi a esquivar borrachos y botellas, el Wawis es la mejor opción. El único indicio del lugar es una cartulina blanca —solía ser naranja fosforescente—, eso sí, plastificada, con la palabra mágica: “Wawis”. Tienes que pagar un cover de 35 pesos (incluye una chela caliente que puedes canjear por una fría en la barra).
Para los días de la marcha gay, esta es una parada obligada: una vez que el contingente haya invadido de colores las calles del Centro Histórico, hay que arribar a esta colorida e íntima fonda en cuyas paredes cuelgan cuadros de Juan Carlos Bautista, artista, poeta y dueño de El Generalito. Los brochazos rosa mexicano hacen pensar que este lugar sería el sueño húmedo de Frida Kahlo o de Lila Downs. "Viene siendo" el sitio políticamente correcto por si la tripa ya hace ruido después de tanta caminata. Tienen menú de comida corrida. Son famosas sus tardes de karaoke por lo que sugerimos estén al pendiente para apartar esos himnos de la cultura gay nacional.
Por las mañanas es una tienda de artículos para vaqueros, por las noches, un bar gay en el que el código de vestimenta son botas puntiagudas y sombrero. Este bar-cantina-pista de baile se encuentra en el traspatio de la tienda La Hacienda del Viejo donde se venden texanas, botines, chamarras de cuero y camisas de cuadritos, el outfit que todo cowboy necesita. Con dos pisos y un patio central, es frecuentado lo mismo por vaqueros citadinos, rancheros, osos y fans de los hombres sombrerudos y bigotones. A diferencia de otros bares gay que se caracterizan por ofrecer shows travesti, La Malagueña se distingue por tener música de banda en vivo
Llegué antes de la medianoche a la puerta del Marrakech. Decidí esperar ahí, en medio del ajetreo de la calle, a ver si me encontraba con algún conocido o me ligaba a alguien. De pronto, comencé a repetir una estrofa como quien reza el padrenuestro: “…the smell of death is all around, and the night when the cold wind blows..” Era “Pet Sematary”, de los Ramones. La rola se escuchaba extraviada, o al menos era un hecho que no salía de las bocinas del Marra.Puse atención. La canción escapaba de un local justo al lado de éste, el número 21C.
Cada vez son más las opciones para divertir a la comunidad LGBTTTI en el Centro Histórico, así lo demuestra PUERCA, una fiesta semanal los días viernes.El edificio ubicado en el número 72 de la calle Independencia luce como cualquier otro a la luz del día, sin embargo su sótano alberga uno de esos pequeños bares donde todo puede ocurrir: un lugar absolutamente gay friendly en el que PUERCA da la bienvenida.
La Purísima podría ser la versión disco del Marrakech. Ante el éxito del “Marra”, como le dicen sus clientes habituales, decidieron abrir un espacio, justo enfrente, mucho más amplio, más oscuro, pensado sobre todo para el baile y los besos en medio de estrobos. Antes de entrar, una espectacular frase enmarcada en luces te da la bienvenida con una instrucción, el único requerimiento para poder entrar: “Pare de Sufrirts!!”.
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