Es el clásico de la comunidad gay defeña. Prácticamente cualquier día de la semana hay ambiente, aunque los de más afluencia y movimiento (literalmente) son los sábados y domingos a las 8 de la mañana, pues los Finisterre funcionan como afterhours después de que los antros gay cierran sus puertas.
Al Finisterre asisten hombres de todas las edades, tamaños, complexiones y profesiones. Una buena parte de ellos andan desnudos. Algo famoso de estos baños es que el personal, conformado en buena parte por adultos mayores, es extremadamente amable con la comunidad gay. Esto llama la atención porque ellos fueron testigos de cómo un centro que empezó como familiar se convirtió en un lugar de encuentro homosexual.
Son famosos los masajes, los cuales son altamente recomendables para bajar la adrenalina de la fiesta y que la cruda sea más leve.
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