Aquí, lo que podría parecer un día de diversión, se convierte en sesión de ejercicio. 25 minutos ayudarán a tu sistema linfático a desechar toxinas, además de reducir el nivel de colesterol, aumentar la producción de glóbulos rojos y liberar serotonina, que combate la depresión y el estrés.
La experiencia da inicio con la firma de una póliza de seguridad, seguida de la compra de un par de calcetines naranjas que debes usar. La clase se divide según tus intereses. El atractivo principal es la evolución de los legendarios aerobics; o sea, los skyrobics. Durante una hora trabajas piernas, pecho, brazos (bíceps y tríceps) y el abdomen, de manera brutal.
Si odias las abdominales porque después de hacerlas te duele hasta cuando ríes, piénsalo bien; esto es dos o tres veces peor, aunque ves resultados más rápido.
El secreto está en saltar y sumir el torso al mismo tiempo. De ti depende si lanzas el clásico “¡woohooo!”, cuando el instructor pregunte cómo se encuentra la muchedumbre.
Caso aparte es la alberca de esponja. Lanzarse a ella con una maroma aérea resulta intensamente divertido. Para demostrar que contigo nadie se mete, puedes jugar quemados. Brincar y atacar al mismo tiempo requiere una fuerza épica.
Joshua Zurutuza, instructor de Skyzone, dice que al brincar 15 minutos en trampolines quemas 200 calorías. Imagina practicar basquetbol, quemarías 100 calorías en 10 minutos.
Tip: Si te voló la cabeza, puedes rentar todo el espacio para una fiesta. Tus amiguitos y tú podrán hacer ejercicio sin que los molesten.