The Barber's Spa

Esta barbería ocupa un pequeño local escondido casi al inicio de la calle de Nápoles, en la Juárez. Si tienes prisa, tal vez pase desapercibida ante tus ojos, pero una banca blanca y la clásica barra giratoria de color azul, rojo y blanco hacen que la fachada resalte más que los locales a su alrededor. Se trata de un lugar especializado en el cuidado masculino.

A diferencia de otras barberías, The Barber’s Spa ofrece, además de cortes de pelo y barba, tratamientos capilares para evitar la caída del cabello, masajes holísticos, faciales, manicure, pedicure y hasta depilación.

El lugar es pequeño, pero está bien distribuido. Te recibe un estante que deja a la vista los productos, como wax para la barba, shampoo y navajas, que están a la venta. Al lado del mostrador está una sala en donde, mientras esperas tu turno, puedes tomar un cerveza o un trago, como brandy o vodka. La decoración tiene un dejo de la estética londinense: paredes de ladrillo naranja combinadas con detalles en madera y hasta una bicicleta colgada de una pared.

¿Corte de pelo, tratamiento o masaje? El servicio y la habitación cambian según tu elección. Los cortes se hacen a la vista de todos; en cada visita los maestros barberos evalúan la situación de tu pelo, el corte que quieres y te dan opciones y recomendaciones para satisfacer tus deseos. También cuentan con un pequeño espacio en donde se llevan a cabo los tratamientos capilares que, según el gerente —y los dibujitos a la vista—, tienen gran éxito en las cabezas que han sufrido pérdida de follaje.

Justo enfrente está el área de spa. El tipo de masaje dependerá de lo que busques y necesites, como un holístico o el de piedras calientes. Los faciales, que tienen un costo de 600 pesos, también son variados, pero te recomiendan que inicies con uno de limpieza profunda.

Otra de las peculiaridades del lugar es que tiene servicio de depilación con luz pulsada, un proceso menos agresivo que el láser y más eficiente que las cremas.

Aunque te atienden sin cita, mejor sí agéndala antes de llegar, pues los clientes asiduos no dejan que el sitio se quede desierto.