La canción que coincidió con mi entrada a Sephora en el sur de la ciudad, fue "Girls just want to have fun". El soundtrack perfecto para el edén de la belleza; el lugar donde las adictas al maquillaje y las cremas pueden pasar horas probando lo último en cosmética.
El negro y el blanco, colores emblema de la marca, invaden todo el espacio que se divide en cuatro grupos: maquillaje, tratamiento, tratamiento capilar y fragancias. Además, hay una increíble nail station en la que existen todo tipo de barnices, estampas y accesorios, para crear un diseño de uñas perfecto.
Aquí también pueden encontrar una estación llamada Sensorium. Se trata de un módulo dividido en cuatro partes, cada una representa un tipo de personalidad y cuentan con una tablet que posee información de las fragancias y marcas que reflejan cada estilo. También hay dispositivos para oler las fragancia y poderlas probar en la piel.
Los consejeros de belleza tienen toda la disposición para encontrar el producto exacto, dentro de las más de 100 marcas y 20 líneas exclusivas que ofrece Sephora como Marc Jacobs, Nars, Stila, Fresh, Philosophy, entre otras.
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