Tom Rodríguez y Juan Martínez , dueños de este lugar, son socios desde hace más de cinco décadas.
Las paredes de su local son como rompecabezas del tiempo: imágenes de la actriz Dolores del Río, Marilyn Monroe y Michael Jackson. Todos en un mismo muro.
Por encima de estas figuras hay un busto de Adolfo López Mateos, fue un obsequio de un cliente que era muy amigo del expresidente.
La perilla y el bigote de Dámaso Pérez Prado, “el Rey del Mambo”, fueron retocados aquí, en este espacio para caballeros en el que se habla de política, se leen historietas y se hojean las revistas JaJa y Vodevil.
Entre sus clientes también está el actor Pedro Weber “Chatanuga”, quien en una ocasión le preguntó a don Juan sobre la mascota del local: “Maestro, ¿por qué el perrito está tan atento?", a lo que el peluquero le respondió tranquilamente: “Es que de vez en cuando le damos una orejita”.
Juan Martínez asegura que un buen barbero es vividor y fiel amigo. Dice que su oficio le permitió conocer lupanares como El Pirata, El Catacumbas, El Siglo XX, El Infierno y El Savoy.