Lush

¿Quién no se preocupa por cuidar su cuerpo? Además de las dietas y ejercicio, el secreto para la belleza está en Lush: perfumería, cosméticos y jabones 100% orgánicos, libres de químicos y comprometidos con el cuidado del ambiente y, sobre todo, con la salud de los clientes.

Los productos están ordenados en mesas de madera a lo largo de una tienda sencilla, pequeña, impregnada de muchos olores, colores y consistencias para todos los gustos y exigencias: menta, hierbabuena, miel, vainilla, limón, naranja… Una bomba que, después de cierto tiempo, hará que tus manos y nariz comiencen a curiosear con las pruebas muestra.

Además de los shampoos, perfumes, maquillaje y más tesoros para el cuerpo, el centro de atracción en Lush es la mesa en donde están los jabones corporales. Acomodados como grandes pedazos de queso, seguro querrás darles una mordida. La mayoría de los productos tienen tan buen aspecto que los vas a confundir con comida (de la rica, obvio).

Cada uno de los productos atiende males como el cabello seco, piel grasa, espinillas, estrés, mal aliento. Sin embargo, no esperes encontrar expertos de salud pues el personal de Lush sólo puede recomendarte productos siguiendo su política de atención personalizada como cualquier otra tienda. No son doctores.

Para venir a Lush debes traer cartera llena pues el producto más accesible es una bomba de baño con un costo aproximado de 100 pesos, lo más caro está en la mesa de los jabones con un precio de 800 a 1000 pesos por kilogramo. También hay paquetes de regalo y mascadas con las que puedes envolver los productos de tu elección.

Si nada de esto te basta, debes saber que desde la pintura de la tienda, hasta los empaques de lo que se vende es 100% reciclado.

Tip: guarda todas las botellas de los productos Lush, si juntas cinco y las llevas a la tienda, te dan de regalo una mascarilla.