Opción para verdaderos conocedores. Agustín –quien reconoce ser un tanto maldiciente, pero en realidad es un tipazo siempre dispuesto a hablar por horas sobre libros, escritores y la vida en sí– comenzó el proyecto, en 1995, en un local a la vuelta, sobre Nuevo León.
En julio de 2012 fue amablemente invitado a desalojar y se mudó a este estrecho espacio donde encuentras libros viejos y raros, aunque no en oferta ni en ganga, sólo precios justos.
Déjate llevar por las recomendaciones de Agustín. Tiene libros del siglo XVI, primeras ediciones y otras extravagancias que cualquier amante de los libros enviadiará, por eso no debes dejarlos solo, los libros no saben de fidelidad y se desnudan ante quien se atreva a abrirlos.
La Torre de Lulio también compra colecciones. Le puedes llevar la herencia impresa de tu abuelo si estás en algún apuro económico, porque no encuentro otra razón para vender una biblioteca.