Aquí se realiza la fotodepilación, una técnica que “junta los beneficios de la luz pulsada avanzada y de la radiofrecuencia, y permite tratar vellos oscuros, claros e incluso canas. Un verdadero adelanto en cosmetología”, nos dice la terapeuta Jenny Góngora.
Este tipo de luz penetra la piel con intensidad, de tal manera que ataca la raíz y va debilitando el vello 85%, deteniendo su crecimiento. Esta técnica no es dolorosa y es muy segura. Según los clientes de este spa, lo máximo que se siente es una especie de piquete. Este tipo de tratamiento es recomendable a partir de los 15 años para que los cambios hormonales de la pubertad no alteren el proceso. También se recomienda que el paciente no tenga tatuajes –pues, de ser el caso, la imagen puede desvanecerse– y que no se sufra de lesiones en la piel. Otra de las ventajas de la fotodepilación: no es necesario esperar semanas para la recuperación, al día siguiente puedes exponerte al sol.