En 2002, la empresa de espectáculos En Vivo trajo por primera vez a México el Cirque du Soleil. Para instalarlo, se construyó lo que hoy se conoce como la Gran Carpa Santa Fe, un espacio de más de 40 mil metros cuadrados, donde cada año cobra vida este espectáculo circense originario de la ciudad de Quebec. También ha servido como sede de otros shows, por ejemplo Fuerza Bruta y Fashion Week.
Para poder levantar este lugar efímero se requieren ocho días de montaje, 65 tráileres que transportan 1,200 toneladas de equipo y un total de 250 trabajadores mexicanos y canadienses. La carpa, de casi cinco toneladas de peso, se alza sólo para el espectáculo a presentar y luego se desmonta.
Joaquín Benítez forma parte del equipo que coordina el montaje de la carpa. Él explica que son 70 vigas las que sostienen de pie esta lona antifuego, diseñada por ingenieros canadienses y producida por la empresa francesa Voilerie du Sud Ouest, especializada en velas y toldos.
La estructura, con un tiempo de vida útil de siete años, mide 20 metros de altura y 50 metros de diámetro. Se requieren 550 estacas para alzarla y cuatro mástiles de 24 metros cada uno.
Tiene entradas para 2,600 personas en sus butacas y 700 cajones de estacionamiento. Al lugar le instalan una taquilla exterior, así como una zona de merchandising y el Tapis Rouge (la zona de mejores localidades de la carpa con estacionamientos preferentes).