Desde su anuncio generó polémica. Los vecinos se opusieron y la obra todavía es cuestionada, pero es una de las librerías más bellas de la ciudad.
Las modificaciones de Fernanda Canales al inmueble original se traducen en un espacio de techos altísimos, muy iluminado y con verde por doquier.
En teoría funciona como centro cultural, pero los eventos que organizan son más bien fortuitos. Te puedes perder horas en sus pasillos –como cuando las parejas hablaban por teléfono fijo sin temor del tiempo aire– admirando todo tipo de impresos; en serio, tiene una de las ofertas más grandes que puedas imaginar.
La sección infantil, por ejemplo, despierta el deseo de tener un par de vástagos para disfrutar juntos alguno de esos muchos libros que aquí encontrarás, pero el amor por la lectura no llega a ese punto… todavía.