Desde: 1898
La camisería más longeva del Centro y de la ciudad empezó a funcionar en 1898 en el Pasaje Iturbide, cerquita de Madero y a un lado de la zapatería El Borceguí. Desde entonces se distingue por su atención personalizada, la cual lejos de decaer con el paso del tiempo, mejora día con día.
Su vitrina con calcetines, pijamas, bastones, paraguas, chamarras y demás supone sólo una pequeña parte de la experiencia; para entender este negocio por entero hay que hablar con su propietario, dejarse convencer, preguntarle por los expresidentes que han comprado aquí sus guayaberas.
Tienen desde casmisas caras hasta costeables, aunque el dinero deja de ser importante cuando uno se entera del su lema: “Porque la tradición no tiene precio”, ni prisa. Vale la pena quedarse un buen rato hasta escoger las prendas más convenientes.