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Te damos estas opciones para comer y divertirte al finalizar las actividades de TagDF, un festival que conjuga tecnología y entretenimiento. Se celebra el 3 y 4 de julio.
Comida, bebida y postres
Pocos pueden resistirse al llamado de una hamburguesa. Y cuando un lugar te ofrece la posibilidad de armarla a tu sacrosanto antojo, merece una visita.Ese es el eficaz ganchode Butcher & Sons, un localito (considerando el tamaño usual de los restaurantes en la zona) cuya decoración sencilla y...sí, chic, va muy acorde con las hamburguesas que sirven: de sofisticada presentación y llenas de sabor. Porque, ¿quién dijo que una hamburguesa no puede servirse con harto estilo? Un concepto que algo se deberá a que Gerardo, uno de sus socios y responsable de la operación diaria (es también uno de los socios del estilosoy cercano Brassi), haya estudiado Hotelería y Administración de restaurantes y considere que hay que pensar en un comensal determinado, no en los gustos propios. 'Pa pronto: aquí nada es 'al aire'.
Pero no nos desviemos de lo importante: las hamburguesas. Del menú puedes elegir alguna de las especialidades de la casa. No te decepcionará la de cordero (con aderezo de yogurt, cebolla morada asada y jitomate) o la vegetariana, aunque no seas vegetariano pero sí amante del queso (queso de cabra empanizado, champiñón, jitomate deshidratado y arúgula). La otra es, efectivamente, prepararla a tu antojo a partir de pollo, res, atún, cordero o la opción vegetariana (queso de cabra empanizado). Y luego, complementarla con alguno(s) de los ingrediente(s) de su concisa y atractiva, por poco común, lista. Entre los toppings encuentras: guacamole, jamón serrano o foie gras; entre lo
Después de vivir en Chicago seis meses, durante los que se hizo fan de las tiendas de cupcakes, Emerson dejó todo para abrir su propia tienda en la Ciudad de México.
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Hay vicios que tienen su recompensa. Poco importa que quien los padece no lo entienda así. Uno de esos premios surgidos de la necesidad de alimento por mera supervivencia es el sándwich.
Es la especialidad de la casa y desde que nos sirven un pan hecho en su propio horno acompañado de humus, sospechamos que así será.
El decorado es contemporáneo y sencillo, con ilustraciones vintage de animales en muros y techo. La terraza es mediana pero sin mucha gente al paso, lo que la vuelve atesorable; en el comedor principal, el mobiliario de madera es cómodo y cálido. Los entrantes son variados: anchoas con aceite de ajo, mini hamburguesas de kobe, tacos de pulpo negro o boquerones y jamón ibérico (su precio bajo desata sospechas sobre su denominación) resumen una carta mar y tierra con gusto exquisito. Optamos por unas tostadas de atún, servidas sobre una cama de aguacate y poro frito. Ante la ausencia de salsas, solicitamos una al mesero, quien nos trae una de árbol con ajo, bien condimentada y con el nivel de picor adecuado para una cerveza Baja Blond.
La hora de la verdad: los sándwiches. Si buscas variedad, puedes compartir cada uno de los cuatro bocadillos: jamón ibérico, queso manchego, chorizo ibérico con queso o jamón con queso manchego. También puedes optar por baguettes de salami, prosciutto, pollo, vegetales, atún sellado o quesos. Nos decidimos por una de roast beef, acompañada de queso camembert y champiñones, y por un sándwich de cangrejo con ensalada de col y crema de
En un lunes a las 9 de la noche, la mía era la única mesa ocupada, pero muy poca gente sale a cenar en lunes. Viéndolo del lado positivo, tuve el mejor servicio. El lugar es una casa transformada en restaurante y la decoración es bastante neutra con mesas de madera, paredes rojas, lámparas bajas que iluminan poco y un horno de leña para hacer sus pizzas. Estas últimas son lo mejor del lugar, en realidad su especialidad es justo eso, la cocina al horno.
De entrada pedí la alcachofa al grill con aderezo de queso feta. El aderezo estaba tan bueno que terminé ahogando el pan en él, sin embargo a la alcachofa le falto cocerse un par de minutos más porque no era tan fácil morderla, aunque a la hora de llegar al corazón la consistencia más dura fue perfecta. De plato fuerte, la pizza Baptise preparada con hongos mixtos, fontina, taleggio y tomillo, era buenísima. Era crujiente, con una pasta ni tan delgada ni tan gruesa, del grueso ideal, y mucho mucho queso que se desbordaba del pedazo. Por lo mismo, es pesada y no me la terminé. Pero te puedo decir que hasta recalentada sabe bien.
Recomiendo que no vayas en lunes, sino más bien a comer un sábado, pues el lugar tendrá un ambiente mucho más agradable con la misma buena comida.
Vida nocturna
A pesar de la luz del día, el alfabeto luminoso de las grandes marcas llena la vista. Ahí, donde el esplendoroso mirreyismo se alimenta y las bolsas más costosas de la calle se exhiben como trampa para señoras. Ahí, bueno, a un lado de ahí, una larga puerta de madera incrustada en una pared de piedra se abre de modo refrescante. El lobby lleno de plantas y al fondo, un elevador. Dos pisos arriba, un charro con cabeza de jitomate, te recibe. Bienvenido al Bar Tomate.
Entras a un loft lleno de mesas, platos, copas, sillas de colores cálidos. Piso de madera y un desnivel, sala en la terraza de fumadores, sillas diferentes, frascos de mayonesa como floreros, mesas de café en la entrada y libreros.
Acomodado en la barra, me sirven una refrescante caña. Fue en el barrio madrileño de Chamberí donde abrió el primer Bar Tomate, cuyo dueño es el Grupo Tragaluz (GT) —un emporio español con cerca de una veintena de restaurantes, uno de ellos con una estrella Michellin (Moo)— cuya idea es volver la comida un evento social. Igual sucedía en casa de Rosa Esteva, la matriarca del grupo español, quien a fuerza de alimentar a una horda de adolescentes borrachos, amigos de su hijo, decidió asociarse con él y empezar a cobrar.
La apuesta del Bar Tomate es un lugar que invita a quedarse. En este sentido cumple y quizá de más, porque ha sido tal el éxito que muchas veces tienen que despachar a la sobremesa de la comida para que las reservaciones de la noche ocupen su lugar. Es un espacio donde la
Dentro encontrarás todo el glamour y sofisticación de la vida nocturna de Polanco. Con una decoración ecléctica y colorida de motivos tribales y orientales, beberás un cocktail al ritmo de beats de música house.
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Aunque los bares de tapas se han puesto de supermoda, eso no es garantía de encontrar buenas tapas en cualquier esquina. Por fortuna, el Mercat lo ha hecho muy bien. Aquí las botanas tradicionales españolas son llevadas a otro nivel: pan tomate, croquetas, pulpos a la gallega, espinacas a la catalana o sus calamares andaluza con salsa tártara picante son sólo algunas de las sobresalientes. Es un gran lugar para venir con los amigos a compartir las tablas de quesos y embutidos, probar su estupenda cerveza de barril o platicar en su gran terraza tomando un buen vino. En temporada de futbol europeo te sentirás realmente en España.
Apenas en año nuevo, el Mirage Hotel & Casino de Las Vegas se volvió loco en la fiesta de estreno del antro homónimo, mientras que en el DF el 1 OAK abrió en Polanco hace unos meses.Aclarémoslo, este no es cualquier antro. Su nombre no se refiere a ningún roble, sino que es un acrónimo para decir "one of a kind" (aunque con sus nuevas sedes, ya son tres de su tipo).En Nueva York, el 1 OAK es célebre por ser uno de los antros más exclusivos, con clientes como Leonardo Di Caprio, Beyoncé, Heidi Klum y Naomi Campbell. En sus primeros tres meses en México, algunas celebridades ya han ido a mostrar sus pasos de baile y tomar unas copitas, como Wilmer Valderrama y Gerard Butler, mientras que Belinda lo declaró en Twitter el peor lugar al que ha ido en su vida (por si andaban con el pendiente). Tras bajar en el elevador de cristal y llegar a la cadena, supuestamente sólo pasan los mayores de 22 años. Una vez adentro, el estilo del lugar es muy similar al de la sucursal original de Manhattan, con una pared de madera que se curvea hasta convertirse en el techo; otra, con un revoltijo de letras doradas.Jet-setters, siéntanse en casa... pero no tanto. Es cierto: la pretensión es lo que ensalza la noche en el 1 OAK pero, francamente, su clientela es bastante diversa. La mayoría está en la segunda mitad de los veintes o en los treintas; sin embargo, hay quienes su edad apenas les permitió pasar, así como varias canas bailando en la pista. Encuentras desde el típico papi con camisa desabro
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