Dos cantinazos

Ponle pausa a las torturas del cadenero y libérate del outfit megaproducido para el bar trendy

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  • Cantinas
  • Miguel Hidalgo
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Cantina bar Montejo
Cantina bar Montejo
Cruzar las puertas giratorias de este lugar es como viajar en el tiempo a una casona aristócrata del siglo pasado en Mérida. Sus azulejos, lámparas y vitrales hacen olvidar que una ola de establecimientos nuevos arrasa con la Condesa y la Roma apenas a unas calles de ahí. Si lo que quieres es tomar una cerveza y llevarte un antojo a la boca, no hace falta pasar del primer salón, donde está cantina. El cubilete y las fichas de dominó los pone la casa, tú te encargas de la charla. Es preferible ir entre miércoles y viernes, cuando sirven como botana frijol con puerco, uno de los platos estrella del lugar, y un favorito entre los clientes. El resto de la semana puedes encontrar paella, carnitas o pancita. Como si fuera un parque de diversiones, la vieja casona  tiene apartados con atractivos distintos. En un costado de la planta baja, junto a la cantina, un grupo de hombres con delantal hacen realidad cualquier fantasía que lleve cochinita pibil, relleno negro o pavo en escabeche. Es una especie de pick and go yucateca que se encarga del servicio rápido. Lo contrario de esto, el restaurante, ocupa el primer y el segundo piso. Ahí el ambiente es más holgado; hay tiempo para hacer una comida como dios manda, desde el aperitivo, que puede ser agua de horchata con vodka (un Fantasma), hasta el licor de miel Xtabentún importado de la península, y que sirve como digestivo de los panuchos y papadzules que para ese momento ya debes tener en el estómago. El escenario gastronómico parece
  • Cantinas
  • Zona Metropolitana
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Cantina Los Remedios Insurgentes
Cantina Los Remedios Insurgentes
Por lo regular pensamos que las cantinas son esos territorios harto mexicanos estilo revolucionario, con dos puertas de madera y una barra de tragos (donde siempre habrá un generoso cantinero dispuesto a escuchar tus penas). ¿Bonita estampa a la Pedro Infante, no? Lo que no te imaginas es que, en medio de este contexto, te salgan botargas o luchadores y que las paredes estén ilustradas con nuestros ídolos del cine mexicano. Así justo sucede en Los Remedios. La cantina funciona para darte un atascón de comida mexicana o para arrancar la fiesta con música viva regional, que se mezcla con ritmos pop de los 80 y 90. Además de las interpretaciones de los aventureros que se animan al karaoke estilo Jalisco, los jueves y sábados. Todo comienza a la hora de la comida, en la terraza, donde diariamente sorprenden con creaciones de la casa, como chalupas, barbacoa, molcajetes y piernas rellenas de huitlacoche. Acompañado de unas margaritas, su especialidad, preparadas con frutas naturales. De fondo, un grupo norteño que igual canta canciones de Alejandro Fernández que de Martín Urieta. El protagonista aquí es el cliente, pues, si se te antoja un platillo o una bebida especial, sólo necesitas pedirlo para que te lo preparen. Lo mejor es ir los jueves y viernes, además de encontrar promociones que te dan más beneficios en el consumo, como: “de a kilo” (carne por kilogramo, botella y cinco refrescos), “menú todo por un precio” y “cumpleañero” (regalo de una botella o 12 cervezas). No te so
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