Este pequeñísimo local es una mezcla entre tienda de conveniencia upgraded y cafetería artesanal. Si quieres una sopa instantánea o unas papitas con Valentina puedes venir aquí. Si buscas un delicioso pastel de zanahoria hecho en casa y un café americano con los granos recién molidos, también.
Esta extraña pero acogedora fusión es frecuentada por oficinistas y madres que van a la escuela a recoger a sus hijos, pasan y se sientan un rato en las bancas sobre la acera; sólo un rato, pues el espacio no da para más. Los niños compran un cuartito de leche y las madres un té de la infinita variedad que ofrecen, desde mangosteen hasta mint mojito. Ideales para acompañar con una galleta casera de avena o chispas de chocolate.
Para los que no pueden salir de la oficina, ofrece servicio a domicilio. A la venta dos opciones de café proveniente de Oaxaca y Chiapas, al igual una miel orgánica para endulzar tu té, para vivir la experiencia en casa. La especialidad del lugar es el café hecho bajo la técnica del dripping, método de origen japonés. Primero muelen los granos con la mezcla de la casa, lo que libera unos riquísimos aromas que inundan el olfato.
Después ponen la molienda en filtros de papel sobre una especie de tazas de cerámica que se llenan con agua caliente y va goteando poco a poco hasta llenar tu vaso. Esta técnica hace que los granos no estén en contacto con el agua por mucho tiempo y de esta manera el sabor es balanceado, sin caer en lo amargo ni lo ácido. Un sabor artesanal y único.
Coloquialmente a esa manera de preparar café le dicen “con cucurucho” refiriéndose a los filtros de papel. De ahí el nombre de este local fundado en 1977 bajo el nombre de La Confianza. Después de muchos años el hijo del señor David, uno de los fundadores, cambio diseño y nombre. La fórmula funcionó y abrieron una sucursal en la colonia más de moda: la Condesa.