La necesidad más básica del ser humano, después de respirar, es comer. En tiempos antiquísimos, bastaba con estirar la mano hacia el árbol más cercano y tomar una manzana, pero varios siglos, millones de personas y sistemas económicos después, el asunto se ha complicado. Una de las respuestas más recientes al sistema capitalista es el freeganismo, término que combina la palabra "free" (gratis) y "vegan" (vegano).
El término apareció en la década de 1990, aunque tuvo sus inicios en los diggers (excavadores) de San Francisco de los años sesenta. Actualmente tiene seguidores en todo el mundo, incluido México. El movimiento se basa en tomar y consumir cualquier alimento que ha sido descartado por otros, y, aunque no necesariamente tienes que ser vegano, la mayor parte de los que siguen este movimiento lo son.
Como los freegans no usan dinero, y por lo mismo, se salen del sagrado ciclo capitalista de la oferta y la demanda, han sido considerado como un movimiento "anti-consumista".
Muchos lectores estarán pensando: ¿qué no hacen eso los pepenadores? Puede que tengan razón, después de todo, el freeganismo nació en países de primer mundo, en donde las reglas de administración de la basura son diferentes a las de los países "en vías de desarrollo".
¿Cómo ser un verdadero freegan? Checa el slideshow de arriba para enterarte de algunas estrategias viables en el DF.
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