Descubre las loncherías, las mejores tortas ahogadas y chiles en nogada en la Ciudad de México.
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Comida mexicana en la CDMX
Es un imperio femenino y poblano de recetas tradicionales. Son tacos y el menú se observa en las cazuelas humeantes de barro con más de 10 guisados en cuanto llegas, con la respectiva decoración de pápalo en un jarrito de barro.
Los más pedidos son los de rajas con crema o los de moronga, cuyo sabor combina a la perfección con unas gotas de limón y salsa roja. Lo que hace a estos tacos de guisado especiales es la longaniza que hacen en Puebla con una receta secreta que no encontrarás en otro sitio, va cocinada en salsa y en un taco con arroz que no necesita que le agregues nada más.
¡Llega temprano porque todo se acaba!
Se definen a sí mismos como creadores de la comida mexicana contemporánea: un autonombramiento que conlleva una gran responsabilidad y que, por lo tanto, los sitúa en un muy alto nivel de exigencia gastronómica.
Su local, en el corazón de Coyoacán, fue quizá de los primeros en ofrecer mezcales como primera opción de bebida, cuando decidieron hacer su etiqueta del destilado de agave de Santiago Matatlán, Oaxaca. También han impulsado a los productores nacionales de vino.
Recomendamos que pruebes la entrada de hoja santa con queso de cabra y los ya históricos ravioles rellenos de huitlacoche: una mezcla que quizá ahora puede resultar común, pero que en su momento se trató de una audacia que marida a la perfección el sabor suave de la pasta con los tonos terrosos del hongo negro. Si tu apetito es más temperamental, pide el filete de res con aceite de guajillo, queso asadero y chile pasado acompañado con pasta de frijol, que debe ir junto con una copa de vino rojo. Pide al mesero te oriente cuál es la botella más acorde a tu presupuesto.
Si puedes elegir entre comer dentro o fuera del lugar, te recomendamos el exterior, con vista a la fuente de los coyotes. No cuentan con valet parking ni estacionamiento propio, aunque tienen un convenio con uno a cuatro cuadras en donde podrás guardar tu vehículo.
Al final, sin embargo, es una experiencia que parece haberse congelado en los noventa a beneficio de los turistas que visitan Coyoacán y ya sería hora de una renovación de su...
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Los mercados tienen la mezcla de colores, olores y gritos de los marchantes que puede ser tan divertida como abrumadora. “Pásele güerita” se escucha en todos lados, ves los caldos y las flautas y se te antoja todo. Solía ir al Mercado Lázaro Cárdenas para comer carnitas, ahora voy por las cemitas.
El triunfo de los poblanos queda claro cuando uno prueba esta versión de la torta. La mejor que he probado en la ciudad está en Cemitas Victoria de Enrique Zermeño; un joven gastrónomo que dejó el mar cuando terminó su contrato como chef en un crucero y regresó a su tierra con antojo de este poblanismo. Le pasó lo mismo que a mi, las cemitas que encontraba en la ciudad estaban bien, pero él, poblano de nacimiento y corazón, sabía que los capitalinos casi merecíamos tener mejores cemitas.
Cemitas Victoria es el único puesto en el mercado en el que no te gritan “pásele güerita”; ni lo necesitan ni les da tiempo, están demasiado ocupados preparando las cemitas con el pan que llega diario desde Cholula (aplaudimos la hazaña y agradecemos la frescura del pan). El menú contundente y pequeño ofrece combos de variedades como la de pollo o jamón, y más abajo, se leen versiones propias y más elaboradas como la victoria, rellena con un guisado de cerdo y chipotle o la poblana con milanesa de pollo o cerdo, jamón y todo eso que llevan las cemitas… entiéndase quesillo, chipotle y pápalo.
Aquí hay tres peculiaridades: el toque de aceite de oliva con ajo confitado le da tonos herbales que son...
El mismo grupo restaurantero responsable de Séptimo en Coyoacán, ahora inaugura este salón decorado con motivos mexicanos estilizados y una barra iluminada al fondo. El servicio es cordial, te hacen sentir a gusto desde que llegas; cuando fui todavía no contaban con carta de coctelería, pero el trago de mezcal con hoja santa que el mesero sugirió estaba muy bueno, refrescante y nada empalagoso.
De su carta de alimentos, en la que destacan las albóndigas con tuétano, las enchiladas de pato con mole negro y el aguachile de callo y camarón, me decidí por dos entradas para compartir: una hoja santa con queso Oaxaca fundido, bañada en caldillo de jitomate, muy rica para taquear, y luego un chile de agua relleno de machaca guisada, que me pareció una lograda fusión de sabores del norte y el sur de México.
Era jueves en la noche y el lugar estaba lleno; había mesas con pequeños grupos de amigos, parejas, y un grupo que tocaba clásicos de salsa, no con la intención de armar baile, sino para poner ambiente, con lo que se creaba una atmósfera animada sin llegar a ser un franco desmadre, que se agradece para después de trabajar. Por todo lo anterior, Bartola es una recién llegada muy bienvenida pues alegra los rumbos sureños de la CDMX.
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Don Rafa y su familia preparan todos los días alrededor de 20 kilos de birria de borrego estilo Michoacán. Lo ideal es pedir una orden que cuesta 65 pesos y acompañar de tortillas hechas a mano.
La receta que ofrecen no es muy salada ni especiada, si la pides con cebolla y cilantro la sopa queda perfecta. Haz tus propios tacos con la carne suavecita que se cocinó lentamente o un taco de aguacate con salsa martajada de chile cuaresmeño y serrano.
También puedes pedir por tacos o en tostadas y obviamente, un consomé extra para ponerle limón y unos chiles de árbol secos bien fritos.
Dicen que con ellos sazonas tu día y tienen toda la razón. Queremos recomendarte una de las fondas de comida corrida más completas de la zona y con quince años en el negocio, justo en la frontera de Polanco con la Anzures en donde los oficinistas y aficionados al arte de comer entre 1 y 4pm abundamos; también es donde probamos un aderezo césar muy apegado a la receta tijuanense.
Te reciben en la entrada para saber con cuántos vienes, no dudes en llevarte a toda la oficina o a toda la familia; tienen un comedor confortable y un rápido servicio. Hay un menú estacionario y diario uno distinto para comer de corrido los tradicionales tres tiempos; puedes intercalar entre ambos las entradas y los platos fuertes, en caso de ser necesario incrementan algunos pesos el precio, pero valdrá la pena.
Es comida casera desde el punto de vista del arte de la cocina mexicana. En el menú fijo hay entradas como consomé ranchero, sopes o ensalada césar; cuyo aderezo lleva parmesano y anchoas. Hay carnes asadas, con enmoladas, a la mexicana o al albañil, se me antojó probar el higadito encebollado, pero será en la próxima visita. En la cocina mexicana están los famosos chilaquiles que puedes pedir rojos, verdes o de mole, ponles carne o pechuga y frijoles. También están las cotizadas enchiladas de cualquier color (puedes pedir piezas extras); no faltan las sofisticadas milanesas y los célebres tacos dorados con su crema, lechuga y queso.
Para esos días en los que decides hacer dieta o...
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La hermana menor de La Poblanita, que sí está en Tacubaya (1947), ya tiene casi una década deleitando los paladares de los colonos con especialidades mexicanas. Entre semana tiene un toque godínez que los sábados y domingos se convierte en ambiente 100% familiar. Aparte de caldos de gallina, variedad de moles, guisados y otras especialidades, hay menús para tu próxima fiesta. ¿Lo mejor? La temporada de chiles en nogada empieza desde el Día del Padre. Es buena opción para llevar al amigo extranjero y consentirlo sin gastar mucho, mientras Diego Rivera, Frida Kahlo, Benito Juárez, Miguel Hidalgo ¡y hasta Luis Miguel! los observan desde un mural.
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El nombre de Gustavo Macuitl explotó durante el año pasado. Apenas a principios de enero, el chef de San Jerónimo Tecuanipan estaba recibiendo el premio a chef revelación de Culinaria Mexicana y su restaurante en Puebla, Macuitl Molino, llegaba a las listas de los mejores del país. ¿Cuál es su secreto? nada más que el cariño a la tierra.
Cocina de Fieras es un nuevo restaurante en la Roma en el que se unieron los increíbles productos del chef, directo de las faldas del Popocatépetl, con la dedicación del chef Iván Ortíz por el pan, o como él le llama, pan en serio, no en serie. El Rústico era desde hace un tiempo una de los poquísimas panaderías que se preocupan por tener prácticas sustentables desde la siembra del trigo. Aquí puedes ver el molino de donde sale la harina orgánica que usan para las piezas de pan que no solo saben bien, también nutren.
En esta nueva etapa, de viernes a domingo el lugar se transforma en Cocina de Fieras, donde ambos proponen una decena de platos preparados y pensados para disfrutarse, también, sin prisa. Siéntate en la mesa comunal con la hermosa vajilla de barro. Toma un atole de maíz criollo y relaja los hombros, que este spot no es para apresurados.
Si vas en estos primeros meses, ojalá alcances el fideo de chilacayote con costra de quesillo, servido con hogaza de arándano y nuez. Un plato apapachador y ligero a la vez por la ausencia de pasta. Si quieres algo con más proteína, prueba los tacos placeros con cecina y longaniza, frijoles,...
En esta taquería todo —literalmente toda la carta— lleva trompo de sirloin. Luego de su enorme éxito en la Del Valle, acaban de estrenar un segundo local mucho más grande y cómodo en la Juárez, el cual cuenta con una aireada terraza hacia la calle.
El origen de su popularidad es tan simple como una gran receta de la carne, pues tiene tan buen sazón que no se extraña otro tipo de taco. Lo más icónico de este lugar es el Taco Especial, que consta de una montaña de 150 gramos de top sirloin con tortillas de maíz, o bien su versión con queso fundido por encima. De ahí continúa el despliegue de la gama de platos de taquería con base en esta carne: quesadilla, volcán, taco árabe, costras, cuerno de chicharrón, baguettes etc.
Sin embargo, mi favorito fue el taco güero. Un chile güero relleno de, pues qué mas, sirloin y queso gouda. Para beber hay aguas de la casa, chela (micheladas o clamatos para más placer) y hasta cerveza artesanal o un carajillo. Quizás la carta peca de no ofrecer más opciones para vegetarianos, ya que solo hay volcanes o tacos de queso con champiñones.
Tip: Si quieres consentir a toda la familia, puedes comprar el sirloin ya preparado por kilo.
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