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Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Los mejores restaurantes de mariscos en la CDMX

La Ciudad de México te lleva de viaje a la playa a través de los mejores platillos con frutos del mar

Andrea Vázquez
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Ya se aproxima la época de calor en la CDMX. Las mejores micheladas de la CDMX te pueden ayudar, pero a veces necesitas otro remedio, algo que te haga sentir en la playa, para que, si no puedes ir, al menos te sientas ahí. Para eso existen estos restaurantes de mariscos en la CDMX. 

Lo que nos encanta de las marisquerías es que ofrecen opciones ligeras, pero también llenadoras. Las hay muy elegantes, pero también más informales y garnacheras. Como sea, lo que más nos interesa es que los pescados y mariscos sean frescos, y la sazón, rica. Pásale a conocer nuestros restaurantes de mariscos favoritos. 

Te recomendamos: Las mejores tostadas de atún de la CDMX

Marisquerías en la Ciudad de México

  • Mariscos
  • Condesa
  • precio 4 de 4
La Guerrerense
La Guerrerense

La señora Sabina Bandera, también conocida como la Güerita o la Guerrerense, se ha convertido en una institución de la cocina de mar de Baja California. Todo comenzó en 1960 cuando su suegro Alberto Oviedo fundó la carreta que hoy se identifica mejor como un emporio del mediterráneo mexicano.  

En realidad, Sabina es originaria del estado de Guerrero, en donde se dedicaba a los derivados de leche, y no fue hasta su llegada a Ensenada que entró en el mundo de los mariscos frescos. Con su talento creció la carreta a restaurante, pronto a una comercializadora y ahora tiene una extensión en la CDMX; sin mencionar los reconocimientos, entrevistas y menciones que ha recibido en publicaciones internacionales.

El poder de los mariscos se siente en las tostadas. Encontrarás la famosa de caracol y la singapur de jaiba con camarón, pulpo y callo y la campechana; pero también están el refrescante ceviche guerrerense y el coctel de caracol que es uno de los más pedidos en la carreta (y favorito personal).

No podía faltar la fama de doña Sabina en la CDMX con sus más de 10 salsas emblemáticas que también están a la venta. Escápate un rato a uno de los lugares que causó furor en Ensenada ahora con sucursal en la Condesa y con suerte te podrás tomar una foto del recuerdo con la estrella detrás de las recetas.

  • Mariscos
  • Miguel Hidalgo
  • precio 2 de 4

Hace décadas que esta marisquería es la favorita del barrio de Santa Julia. Se nota al ver cómo se ha expandido desde el Circuito hacia dentro, alcanzando la banqueta de enfrente del templo neogótico del Divino Rostro. Los rostros de quienes comen aquí se divinizan con las tostadas, los filetes de pescado y los camarones a la diabla. No importa si es entre semana, sábado o domingo, a la hora de la comida es necesario llegar temprano para conseguir mesa.

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  • Del Valle

Sabemos que la propuesta gastronómica en la CDMX es muy amplia, aunque algo focalizada, pero para que no digas que sólo hay buenos lugares en Polanco o la Condesa, te contamos de El Peladito, un restaurante de mariscos que acaba de pimpear la sucursal que se encuentra en nuestra queridísima colonia Del Valle: menú, espacio y concepto, todos renovados.

El Peladito es un lugar que comenzó con una idea base: la tradición y el estilo gastronómico sinaloense. Mariscos, picante, tragos e, indispensable, la música.

Respecto al lugar, podemos decir que es lo suficientemente amplio como para ir con amigos, familia, la persona con la que te traes ondas (guiño, guiño) o, ¿por qué no? ir solito. El restaurante cuenta con dos pisos y dentro de los mismos diferentes áreas; unas más iluminadas, otras más amplias, algunas con que se prestan para la fiesta -como la que tiene canta bar-.

La atmósfera fue otra de las cosas que cambió, si habías visitado anteriormente el lugar, habrás notado que sólo sonaba banda, pero al escuchar a los clientes, los trabajadores se dieron cuenta que podían cambiar a todos los géneros guapachosos (salsas, cumbias, una que otra rolita pop, banda, etcétera). Los fines de semana tienen DJ. Así que siempre te la vas a pasar bomba.

Ahora sí, sobre nos trajo aquí: de entrada probamos la tostada culichi, hecha con camarón cocido y crudo, callo de almeja, pulpo, pepino, cebolla morada, cilantro, salsas negras y aguacate.

Para el plato fuerte, compartimos: camarones zarandeados que se preparan asados con una salsa especial y se acompañan con arroz blanco y ensalada; pulpo atropellado, asado en un marinado especial con las mismas guarniciones que el anterior; chimichangas (nuestro favorito), fritas en tortilla de harina, rellenas de machaca de marlín y queso, acompañadas de arroz y pico de gallo (con buen nivel de picor). Todo en buenas cantidades.

Para tomar nos pedimos un clamato especial que va con todo y caldo de camarón.

Si no le entras a los pescados y mariscos, también hay cortes de carne y barras de sushi.

Así que ya sabes, date una vuelta por el pedacito de Sinaloa que reside en la Del Valle, ¡no te vas a arrepentir!

Te recomendamos: Contracorriente

Alexis Gutiérrez 

  • Zona Metropolitana

Sobre Ixcateopan hay un letrero pintado a mano sobre una tabla de madera que reza una promesa invaluable: micheladas bien muertas (¿cómo no pararse ahí?). A ese letrero lo acompañan otros más: tacos, tostadas y cocina de mar. El lugar, en plena Narvarte, está decorado con flores, plantas, un flamingo inflable gigante y una pérgola que te cubrirá de las inclemencias del clima, ya sea de los rayos del sol o de la despiadada lluvia.

El lugar es Contracorriente, una nueva marisquería que, en su menú, tiene opciones que se alejan de las recetas tradicionales, y que al mismo tiempo conserva la onda marisquera, pero con toquecitos modernos y cool en su ambiente.

Aquí te reciben con un caballito de caldo de camarón, perfecto para empezar a hacer hambre o para los domingos de resurrección. De ahí tienes que probar la pescadilla, que va servida sobre un vaso de caldo de camarón, lo suficientemente ancho para que puedas meter ahí tu pescadilla y chopearla en el caldito (¿cuál cruda?).

De ahí puedes seguirle con un ceviche o un aguachile; las recomendaciones son el ceviche de atún, que viene con cubitos de jícama y sandía y un aderezo de chile en polvo (sí, como los chilitos que le ponemos a los vasos de fruta picada) o el ceviche de camarón con quinoa en salsa de aguachile. Y si prefieres los aguachiles, aquí tienen verde y negro. La opción sin mariscos es un ceviche súper ganador de garbanzo que viene con su cebollita, jitomate, pepino y cilantro picados. Tip: si te gusta el picante, pide el aceite de habanero, que está hecho con puro chile habanero tatemado y aceite de oliva.

Para taquear, los imprescindibles son los tacos de chicharrón de pulpo (leíste bien: chicharrón). Este plato confirma que las experiencias culinarias involucran a los cinco sentidos: un taco muy guapo a la vista, que tiene muchas texturas por el chicharrón de pulpo y una costra de queso provolone que se acomoda sobre la tortilla, que huele y sabe súper rico y que al morderlo le pide atención a tu oído: ¡cronch!

Otro de los tacos ganadores es el de camarón empanizado con coco, que viene con una salsa sriracha de mango hecha en casa. Debes de saber que las porciones son súper grandes, así que no te pidas tus cinco tacos de cajón.  

Si eres más garnachero puedes entrarle a los tlacoyos o las gorditas que vienen con sus obligatorios nopalitos encima, pero que también tienen camarones y queso provolone rallado. Y si todavía tienes un huequito para el postre, prueba las carlotas; los sabores cambian dependiendo de la fruta de temporada: pueden tocarte de maracuyá, de mamey, de mango o la tradicional de limón.

Contracorriente es el lugar para sentirte en la playa en plena CDMX. Su decoración y su música guapachosa te harán sentir en tu palapa favorita; ya solo te faltará sentir la arena entre tus pies. La atención es cálida, fraternal y buena onda (aunque debes de saber que, como todo lo hacen al momento, hay platos que toman su tiempo; no vayas con prisa) y la calidad de los mariscos, que todos los días llegan de Baja California hasta tu mesa, se siente.

Lo que nos gusta de aquí es que el menú y el ambiente logran conservar la vibra marisquera que tanto nos gusta, mientras se alejan de las recetas tradicionales. Cuando fuimos, nos dio curiosidad el nombre. Preguntamos y nos dijeron que, al llamarse Contracorriente, los encargados de la cocina pueden hacer las recetas como se les dé su gana; nadar contra la corriente. Una muestra más de que la Narvarte es la nueva zona imperdible de la ciudad.

Por cierto, las micheladas sí están bien muertas y perfectas para tu cevichito. 

Te recomendamos: Las mejores tostadas de atún de la CDMX.

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  • Mariscos
  • Zona Metropolitana
  • precio 2 de 4
La Matoza
La Matoza

Transportan tradiciones familiares de su natal Veracruz a un puesto ambulante desde 1955. Todo empieza a las 4am, cuando “rastrean” el producto para definir el menú del día. Es de suerte cuando regresan con tenazas de cangrejo, pero sus tradicionales quesadillas de jaiba, mojarras, filete de robalo, ceviche de caracol, un vuelve a la vida con callo, pulpo, camarón y jaiba son platillos constantes. Presumen que sus salsas son de recetas secretas que jamás serán reveladas.

  • Mariscos
  • Roma

El nombre se debe a una avenida del puerto de Mazatlán en la que había una casa de verano que anualmente se convertía en un punto de reunión para amigos. Por ello, en Avenida La Tizona se trajeron las joyas gastronómicas de Sinaloa a la capital con la intención de hacerte sentir como en las calles de Culiacán.

Es un lugar pequeño con luces neón y fotografías de la costa de Los Mochis. Entre las especialidades de la casa está el pastor de camarón: tortilla de maíz hecha a mano, camarones al pastor y guacamole de la casa muy bien emparejado con pizcas de cebolla, cilantro y piña asada con canela.

También está el taco larry, carnitas de pulpo sobre una cama de arroz rojo y aderezo de tamarindo; tiene un tono más agridulce por la cebolla morada que resulta en contrapeso al sabor del pulpo; empieza con ese tono naranjoso de las carnitas, pero conforme comes el taco se disfruta más la consistencia del marisco.

En Avenida La Tizona manejan productos frescos, ya que los mariscos llegan tres veces por semana desde Sinaloa. El auténtico sabor del mar se presenta con un ceviche de camarón preparado con clamato, jitomate, pepino, cebolla, limón y chile serrano. Ninguno de los sabores se opaca entre sí y tiene la cantidad justa de camarones para no dejarte con hambre.

No te pierdas la negrita, salsa que es de una marisquera exclusiva de Los Mochis, Sinaloa, y que otorga un toque extra a los totopos con salsa de jitomate; pídela si la cruda es de esas que se notan aunque traigas lentes de sol.

Tal parece que a una de las colonias con mayor oferta gastronómica se le unió este lugar como parte de los restaurantes y cafés en la Roma. ¿O acaso se hará decreto de Avenida La Tizona para considerarse entre las taquerías alternativas? Sabemos que se agradece tener la sazón sinaloense en la CDMX.

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  • Roma

La experiencia de Puerto Prendes comienza desde que entras al lugar: el diseño interior es espectacular y, a diferencia de muchos otros lugares que siempre se ven más guapos a cierta hora, éste es perfecto para cualquier momento del día. En la tarde, el techo abierto y los colores neutros de la decoración harán que disfrutes muchísimo la luz del día. Y por la noche, la ambientación y la iluminación son perfectas para una cita o una cena de negocios.

Lo infalible aquí son los pescados y mariscos; aunque tienen opciones con carne por si no le entras a los frutos de mar. Yo probé unas tostaditas de aguachile de camarón, una joya: aciditas, con el camarón súper fresco y, para rematar, un montaje bien cuidado. Lo único que me faltó fue estar en la playa. De ahí me seguí con unas carnitas de atún, venían con un guacalome y con tortillas hechas a mano. También probé los tacos de arrachera —súper suave— con camarón. Las salsas y las guarniciones siempre estuvieron en su punto.

Se agradecen muchísimo las tostadas que te ponen al centro de la mesa al llegar; están hechas con las tortillas a mano, son súper crocantes y están horneadas, para que no te tengas que preocupar (tanto) por las calorías.

El esfuerzo que hacen con la coctelería se nota; además los meseros saben recomendarte el trago para ti: que si te gustan dulces y frescos, secos y serios, aciditos y refrescantes, ¡hay opciones para todos los gustos! Y también se arman coctelería clásica; yo me tomé un negroni que estaba perfectamente ejecutado.

A la comida, la bebida y el servicio no le puedo poner un solo pero. Lo que sí es que el postre no estuvo a la altura; estaba cubierto con chocolate Hershey’s que desentonaba un poco con el cuidado que le pusieron al resto de la comida —hay un abismo de diferencia entre unas tortillas hechas a mano y una salsa de chocolate industrializada—. Aunque, por supuesto, siempre está la posibilidad de haber hecho elecciones equivocadas. Con todo gusto volvería a Puerto Prendes a probar un postre diferente.

Además hay que hablar de la versatilidad del lugar: una comida familiar dominguera, un trago vespertino con los amigos o una entradita y una cerveza; se vale de todo. En cualquier ocasión que vayas, aprovecha para hacerte de algunas fotos para tu Instagram; el diseño interior no tiene desperdicio.

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