Bistrós en la CDMX

En estos tiempos en que los bistros de todos los sabores se expanden en la ciudad, nos dio gusto encontrar que, al menos en este, hasta el dueño es francés. La selección de botellas es sencilla, a un precio accesible y con amplitud de maridajes. Muy en estilo casero, se escancia en garrafa.

Este bistro se presta con facilidad a la contemplación y relajación en la terraza. Con una comida que mezcla platillos selectos de las cocinas mexicana y francesa sin caer en fusiones baratas ni experimentos fallidos, el Bistro 83 no trata de ser algo que no es.

Charlotte sale del lugar común de los bistros y ofrece una carta mediterránea, con muchas más opciones que la típica quiche lorraine y las crepas. Fuera del bullicio y caos vial de Polanquito, este es un lugar netamente de barrio, en donde habitantes de la zona comen desde hace 17 años. La propietaria es Charlotte Williamson.

El menú es de influencia francesa con panadería, jugos frescos y repostería. También hay chilaquiles y unos huevos revueltos con frijol y queso de cabra, que sería cuestión de probarlos. Ya por la tarde se te puede antojar un sándwich de roast beef o una hamburguesa b41.

Este local pequeño es de franceses que se han vuelto unos expertos en el arte del sándwich fortificado. En el menú encontrarás los croque en numerosas combinaciones, como si los hubieran adecuado a los gustos particulares de alguien, quien seguramente dio su nombre para bautizar la receta.

Se llama Pérfida por una canción de Chava Flores, pintaron algunas estrofas en color rojo sobre la pared del establecimiento. Lo más recomendable es ir a tomar un café acompañado de unas deliciosas tartaletas de nuez con mermelada de zarzamora. Otra maravilla es el chocolatito oaxaqueño frapé para el calor junto con un cheesecake.

Destila intimidad y confidencia, por lo que no extraña que en todas las mesas haya grupos de amigos sumergidos en la plática. El mesero cuenta que la carta de alimentos cambia cada mes según los productos de la temporada, pero siempre se pueden encontrar de cajón la sopa de cebolla, el filete de res con foie gras y tablas de quesos

Este “bistró contemporáneo” tiene la magia de hacerte sentir en un lugar de amigos. Una espectacular barra de mármol donde puedes pedir de cenar al estilo neoyorkino, una terraza sobre la acera, buena música y servicio, una decoración mediterránea que saca provecho del espacio de manera chic.

La comida sabe diferente cuando concierta con la ambientación, adquiere una sazón particular y como si estuvieras en un bistro en alguna esquina de Paris, aquí sirven los grandes clásicos desde 1991. Se trata de un restaurante petit con cocina francesa de grandes proporciones sin dejar de ser relajado.

La comida es clásica y casera; su ambiente es sencillo y sin pretensiones, pero muy acogedor debido a su pequeño tamaño y a su decoración afrancesada. Encuentras desayunos y comidas, escargots de Bourgogne (caracoles de Borgoña), sopa de cebolla y boeuf chasseur (filete a la cazadora).

De Joaquín Cardoso y Sofía Cortina; El Roma Bistrot emprendió el rumbo de la cocina reconfortante de un bistró, sin dejar a un lado los retoques mexicanos, caribeños y por supuesto, del resto de Europa. Retoma el estilo parisino de esos establecimientos que te brindan familiaridad en la capital de Francia.

Un pequeño restaurante en la jungla de concreto: Santa Fe. Despide un aroma a panadería recién horneada y ofrece un espacio pacífico para el cotorreo o el trabajo. Al entrar, hay una barra de servicio que deja a la vista una pequeña cocina donde trabaja la chef Ana Paula Padilla.

El chef Arturo García Mogollón y su socio, Alexei Beteta son los responsables de este concepto sorprendente. La idea es ser un proveedor rotativo, por lo que una vez nos tocó de visita Café Avellaneda como invitado. El pan te dejará con ganas de regresar antes de que lo termines.

Aquí puedes disfrutar de una hamburguesa de arrachera acompañada de la sopa del día, refresco o agua. Si buscas algo más light, también hay nueve tipos de baguettes y cuatro ensaladas.

El menú lo componen tapas, ensaladas, pizzas y sándwiches. Abre con un agua endulzada con piloncillo o una copa de vino. En la carta predomina lo italiano y tienen varios chispazos de combinaciones interesantes de sabores. Un ejemplo es la tapa de pimiento morrón asado con queso de cabra.

Maravillas llenas de color del repostero Jorge Lasso. Quizás esta sea la razón del éxito rotundo que ha tenido la pastelería, sobre todo en órdenes bajo pedido. En manos del virtuoso Jorge, las coberturas de fondant pueden transformarse en pasteles de diferentes formas, tamaños y sabores.