Alonso Ruizpalacios presenta Una película de policías
Foto: Cortesía Netflix
Foto: Cortesía Netflix

Una película de policías, el documental experimental de Alonso Ruizpalacios

El director mexicano vuelve con una cinta que desmenuza la imagen del policía

Gil Camargo
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Después de un brillante debut con Güeros (2014) y un regreso emocionante con Museo (2018), el director mexicano Alonso Ruizpalacios vuelve con Una película de policías, una rapsodia visual en el que mezcla el documental, el falso documental, la ficción y el cine experimental a través de la historia de Teresa y Montoya, una pareja de policías.

Alonso Ruizpalacios muestra el otro lado de la moneda, los rostros detrás de las patrullas y cascos de la policía. A manera de conocer más sobre todo el trabajo detrás de esta cinta que se presentará en el Festival Internacional de Cine de Morelia y llegará a Netflix el 5 de noviembre, buscamos al director para que nos contará más de esta mágina obra.

¿Cómo llegó este proyecto a tus manos?
Empezó hace 4 años con Daniela Alatorre y Elena Forte, dos productoras muy chingonas de documental y grandes conocedoras. Por alguna razón que no acabo de entender quisieron trabajar conmigo. No sé por qué porque yo había hecho pura ficción, pero ellas me ofrecieron juntar estos dos mundos. Veníamos del final del sexenio de Peña Nieto, estábamos con ganas de hacer algo que tuviera un impacto directo, que no solo fuera entretenimiento, que fuera útil. Pensamos en hacer un documental sobre la corrupción y la crisis de impunidad y de ahí empezamos un viaje de investigación entrevistando a varios especialistas en seguridad pública y varios académicos que nos fueron llevando en este tema tan complicado y cómo entenderlo. Nos dimos cuenta que todos estos temas orbitaban hacia la figura del policía, la persona que más nos interesaba de toda la ecuación de procuración de justicia. 

¿Cómo dieron con “La patrulla del amor”?
A través de unos asesores conocimos a Teresa, a la primera que entrevistamos, y escuchamos su historia con Montoya que fue amor a primera vista. Ella tenía muchas ganas de contar su historia y él también. Eso se necesita en un documental; que alguien quiera contar su historia, la necesidad vital de compartir. Ellos tenían eso y una gran historia, atípica.

¿En qué momento del proceso decidieron hacer una cinta tan experimental?
Todo fueron soluciones a problemas específicos. Algo que me gusta mucho de este documental es que no le impusimos nada a priori. Fue un proceso muy orgánico de ir resolviendo los problemas que se iban presentando. La gran pregunta fue ¿Cómo voy a ilustrar? Aquí tenemos el problema de capturar en cámara cosas difíciles (por no decir imposibles) como los mecanismos de corrupción cotidianos, la relación de la ciudadanía y los policías. Además queríamos oír la voz de Teresa y Montoya porque ellos son la riqueza del documental; sus voces, sus frases, cómo se expresan con un lenguaje policial, urbano medio cotorro, muy divertidos y entrañables. Tener actores que los interpretaran fue una solución a ese problema de cómo ilustrarlos. Tengo una formación actoral y tengo una debilidad por los actores, siempre me ha intrigado el proceso de creación del personaje era justo lo que necesitábamos, para ver el proceso de empatía de los actores para abordar estos personajes, se volvieron los avatares. Tienen un doble rol: como actores y como ciudadanos. Se convirtieron en personas reales que iban confrontando sus prejuicios, así fue como surgió esta propuesta.

La Ciudad de México se ha vuelto un personaje más en tus películas. ¿De qué manera funciona la CDMX en esta?
Tengo una particular fascinación por la CDMX. Me parece que no le pide nada a ciudades como Berlín o Nueva York. Para mi está hasta arriba, me parece un lugar muy excitante y complejo. Aquí crecí, vivo y me gusta seguir haciendo historias sobre ella. Es una decisión consciente. En algún momento del proceso pensamos ir a otras policías, otros estados y al final me salió el chilango y pensé que me interesaba contar lo de aquí porque aquí es donde convivo. Además encontramos que los problemas en otros estados son muy distintos.

¿A qué situaciones te enfrentaste al filmar sobre la policía?
El rodaje documental como los lipsyncs estuvieron llenos de accidentes afortunados. Es una película mucho más pequeña de lo que parece, no es de gran presupuesto. Gracias al ingenio de todo el equipo. Hay mucha gente muy rifada que trabajó en esta película; desde el productor hasta el fotógrafo. Solucionaron cosas imposibles, por ejemplo, la secuencia de la Marcha LGBTQ+ no estaba planeada. La habíamos escrito en un partido pero no conseguimos los permisos y Juanelo dijo: Mañana es la marcha gay, vamos a hacerla ahí. No me imagino esta película sin estas escenas.

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