El malhumorado Don Servando (Héctor Bonilla) está de regreso luego de que en 2016 la película Un padre no tan padre se convirtiera en una de las películas más taquilleras de ese año. Ahora deja San Miguel de Allende para irse a la playa donde junto con su familia intentan tener una pacífica Navidad… si es que Alicia (Angélica María) y la tía de Alma (Jacky Bracamontes) se los permiten.
Una navidad no tan padre estrena el 21 de diciembre en la plataforma de Netflix y por esta razón platicamos con el director Raúl Martínez y la directora de fotografía Michelle Castro.
Una película navideña debe seguir cierto tipo de reglas. ¿Este filme las cumple?
Raúl Martínez: Es cierto, las películas navideñas si tienen estos elementos que hablan siempre de la unión o lo que uno tiene que atravesar para llegar a este momento feliz durante la Navidad. No se inventa el hilo negro con esta película, en ella vemos todos los conflictos a los que se tiene que enfrentar esta familia y los pleitos que pueden existir cuando alguien trata de imponer su manera de ser, y de pensar, en una celebración y cómo tendrá que cambiar si al final quiere llegar a esta época en familiar con todos porque lo más importa al final es justo eso.
¿Cómo nace la idea de regresar a este universo que había creado en 2016?
Raúl Martínez: Esta secuela surge de un chiste en San Miguel de Allende. Estábamos casi todos reunidos en una cena y lo estábamos pasando tan bien que dijimos deberíamos de hacer una secuela para volvernos a ver pronto y Benny Ibarra dijo: ¡Deberíamos hacerla en la playa! Todos gritamos emocionados y de esa manera se creó la idea que fue creciendo y creciendo. Para mí fue un poco difícil porque la primera parte cierra muy bien todo, los personajes tuvieron un aprendizaje y cambio, pero buscando descubrí que Servando aun tiene algo que aprender al enfrentarse a una persona similar a él para crear conflictos divertidos.
¿A qué retos se enfrentaron al filmar en la playa?
Michelle Castro: Dificultades como la pandemia, que nos tocó a la mitad y páramos aunque con los protocolos, hacían que fuera más difícil trabajar de manera rápida en un lugar tan hermoso como el que estábamos. Otro reto en la cuestión fotográfica es que de repente, en escena, teníamos a mucha gente por lo que teníamos que estar bien organizados para cuidar a cada uno porque algunos tenían diálogos dramáticos y otros cómicos, entonces hacer que eso resultara no era tarea fácil, pero mis compañeros y los actores siempre muy profesionales. Aunque filmar en la playa no es tan padre como parece porque había días en los que el viento no nos permitía filmar y no solo por el sonido directo, no podíamos porque se estaba volando todo.
Raúl Martínez: Arrancamos el 19 de marzo de 2020 y nos regresaron a México después de tres semanas de rodaje porque paró todo y hasta agosto pudimos regresar, pero en la segunda semana, el maestro Bonillo tuvo un accidente y se rompió la pierna, entonces tuvimos que parar hasta que se recuperará. Grabamos escenas en las que no salía y esperar a su recuperación que fue hasta este febrero, entonces fue una película que nos tomó un año en poder filmar.
Michelle Castro: Sin mencionar que tenemos a un niño en la película que creció durante el rodaje porque a esa edad crecen rapidísimo, entonces al actor se le cayeron los dientes y le volvieron a salir durante el rodaje. Esa era mi preocupación principal.
¿Cómo es dirigir a leyendas de la industria nacional como Héctor Bonilla, Angélica María y José Carlos Ruiz?
Raúl Martínez: Es impresionante descubrir que la gente que está en los lugares más altos lo están porque son profesionales y amables; el maestro Bonilla es un figurón con una gran trayectoria en cine, teatro y televisión, pero que eso no lo ciega siempre está dispuesto a escuchar y se deja dirigir. A mi, desde la primera película me dijo: el cine se hace desde el punto de vista del director. Entonces siempre está en la mejor disposición, siempre escuchando y también dando su opinión que es muy valiosa. Trabajar con él siempre fue felicidad mientras que Angélica María, fue un regalo de vida conocerla porque igual con todo y su carrera, es un persona muy amorosa, cariñosa, amable y muy maternal. Le puso un espíritu distinto al que ya teníamos todos en la primera parte. José Carlos Ruiz quien también sale en la película es increíble porque solo con dos palabras transmite mucho, solo él puede hacerlo.