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No solo lo mejor de lo mejor, sino también el más viejo de los viejos, Pete "Maverick" Mitchell (Tom Cruise) está de vuelta en la cabina en una continuación que emocionará a todos los fanáticos de Top Gun. Hay un poco en el medio que se hunde, pero, sinceramente, tu cuello necesitará un respiro. El resto de la película se dispara: un recordatorio de lo bueno que puede ser Hollywood en el entretenimiento de palomitas de maíz cuando se lo propone (y Cruise está involucrado).
Maverick es tres décadas mayor y se parece a uno de ellos, pero a pesar de toda su apariencia juvenil y su sonrisa perlada, ahora es una reliquia de un piloto de pruebas que está a punto de ser puesto a pastar por el contralmirante defensor de la IA de Ed Harris, también conocido como "el Drone Ranger". Pero ¿qué es eso? ¿Hay una planta ilegal de procesamiento de uranio en un estado sin nombre y una misión de bombardeo imposible de llevar a cabo? Pronto, Maverick es enviado de mala gana a la Academia Top Gun para entrenar a un nuevo lote de jóvenes pilotos de F-18. Dios nos ayude.
Solo la apertura, una misión de prueba que rompe las reglas es increíblemente emocionante: un homenaje a The Right Stuff que encuentra un alma inesperada en el borde del espacio. A partir de ese momento, los ritmos son muy familiares: hay un oficial de alto rango rompepelotas (Jon Hamm) ansioso por despedir a Maverick; un piloto de armas sin sentido del trabajo en equipo (Glen Powell con una sonrisa que roba la escena); y muchas disputas sobre cubiertas duras. Incluso hay escenas retrospectivas de la primera película, un canto en un bar, algunos juegos de pelota sudorosos en la playa y una explosión de Kenny Loggins para los viejos de la multitud.
Pero después de aproximadamente media hora de reorientación para los fanáticos (incluso hay un piloto con el distintivo de llamada "Fanboy"), comienza a abrir nuevos caminos. Un guion inteligente, coescrito por Christopher McQuarrie, trae frescura a través de la relación de Maverick con el amargado Bradley "Rooster" Bradshaw de Miles Teller, el hijo de su antiguo copiloto Goose, y una dulce historia de amor con la madre soltera propietaria de un bar. La obsolescencia nunca se siente lejana para este héroe que envejece, incluso si todavía tiene los reflejos de un joven de 21 años.
Sobre todo, Top Gun: Maverick funciona porque, con su loca fotografía aérea en primer plano, y el vanguardista director de Oblivion, Joseph Kosinski, es una elección inteligente detrás de la cámara, nunca deja de lado ese simple amor por volar: por hombres y mujeres. pruebas de estrés en máquinas de alta tecnología hasta que las piezas comienzan a caerse, y las máquinas las prueban de inmediato.
Todo esto ayuda a evitar la sensación de que se trata de otro anuncio de reclutamiento multimillonario para el ejército estadounidense. La misión es más como McGuffin: una incursión en las trincheras de la Estrella de la Muerte para que los personajes demuestren su temple, mientras que la relación irritable de Maverick y Rooster genera tensión adicional. Es escapismo puro y el lado correcto del entusiasmo, incluso en el momento geopolítico actual.
Es una pena que, por la razón que sea, los personajes femeninos de Top Gun de 1986 no se vean por ninguna parte: el instructor de vuelo de Kelly McGillis, Charlie, optó claramente por la opción "déjame para siempre", y Meg Ryan asesinada como la madre de Rooster. especialmente con tal esfuerzo hecho para ubicar al Hombre de Hielo de Val Kilmer en la historia para un conmovedor bromance con Maverick. Pero dejando de lado las quejas menores, pocos reinicios de Hollywood pueden presumir de esta mezcla de nostalgia, frescura y adrenalina. Querrás chocar los cinco con alguien al salir.
Top Gun: Maverick Dir. Joseph Kosinski. Estados Unidos, 2022. Con Tom Cruise, Miles Teller, Jennifer Connelly, Jon Hamm, Glen Powell, Ed Harris, Val Kilmer, Lewis Pullman y Charles Parnell.