[image]
[title]⭑⭑⭑⭑✩
Lo primero es lo primero. Sí, los gusanos de arena son increíbles. Tubos voraces gigantes con miles de dientes que se curvan hacia adentro para formar una especie de globo ocular gigante.
Estas pesadillas subterráneas que acechan bajo la superficie del vasto planeta desértico de Arakkis son solo un elemento de este gran y pensativo éxito de taquilla que supera seriamente las expectativas. Una ciencia ficción épica llena de premoniciones, el director de Dune Denis Villeneuve (Blade Runner 2049) debe haber tenido alguna experiencia cuando se propuso llevar la serie de libros temáticamente densa de Frank Herbert a la pantalla ante la enorme enormidad de meterlo todo en una película.
Pero el cineasta canadiense lo ha clavado donde, de diferentes maneras, David Lynch , Alejandro Jodorowksy y Ridley Scott fracasaron. Su Dune es extenso, espectacular y políticamente resonante en su crítica del colonialismo y la explotación. De acuerdo, técnicamente no tiene un final, es la “Parte 1” de una serie que puede no obtener una “Parte 2”, y no todos se llevarán bien con los niveles de paciencia que Villeneuve exige de su audiencia, pero los que sí los tengan serán recompensado con narraciones precisas, visuales y algo de construcción de mundos a nivel de dios.
La mayor parte de Dune se desarrolla en Arrakis. Es un lugar severo e inhóspito del que los crueles señores de la Casa Harkonnen extraen especias, un bien preciado utilizado para impulsar los viajes espaciales, y luchan contra los indígenas Freman, que la usan para la iluminación espiritual. La insurgencia se detiene abruptamente cuando el Emperador cambia los Harkonnen por la Casa Atreides más ilustrada.
Por supuesto, como cualquier fan de Dune te dirá, esto es solo una trampa para erradicar a los Atreides de fantasía por completo. En el corazón de estas maquinaciones de Shakespeare se encuentra el talentoso e introspectivo Paul Atreides (Timothée Chalamet). Es una figura parecida al príncipe Hal que puede ser simplemente el elegido como el mesías que el universo ha estado esperando. Ha heredado el poder político de su padre (Oscar Isaac) y la magia de su madre (Rebecca Ferguson). Puede usar su voz como un dispositivo de control mental y tiene sorprendentes habilidades de lucha para alguien tan despeinado.
El asunto es que es joven y torpe, la voz todavía es un poco impredecible, y el tiempo corre. El malvado Harkonnen está al borde de una traición galáctica que dejará a Paul en un viaje de héroe a través de las remotas y letales tierras baldías de Arrakis. Hay presagios que involucran cuchillos, batallas y una misteriosa Freman (Zendaya). Ah, y un cuadro religioso al estilo Jedi llamado Bene Gesserit, que recibe poca atención de un guión de Villeneuve, Eric Roth y Jon Spaihts que principalmente toma decisiones sabias sobre qué incluir y qué omitir del material fuente de Herbert.
Si ha leído los libros, sabrás lo que significan todas estas premoniciones; si no lo ha hecho, no es problema. Aguanta ahí por los gusanos gigantes y también, para algunas secuencias de acción manejadas por expertos.
A diferencia de muchos éxitos de taquilla modernos de corte asustadizo, Villeneuve le permite respirar con una edición mesurada y efectos visuales que se mezclan con los sets masivos y las ubicaciones del desierto ( Dune se filmó en parte en el famoso Wadi Rum de Jordania). También es genial la tecnología similar a un insecto: las naves espaciales revolotean como libélulas y los drones flotan como abejas, y una partitura de Hans Zimmer que se encuentra a medio camino entre el trabajo de Maurice Jarre en Lawrence de Arabia y el György Ligeti utilizado en 2001: A Space Odyssey .
Chalamet es sólido como una roca como esta figura de Luke Spicewalker, pero todos son visibles aquí: no hay Sting que apeste el lugar. Es solo una razón para esperar la Parte 2.
Dune Dir. Denis Villeneuve. Estados Unidos, 2021. Con Timothée Chalamet, Zendaya, Oscar Isaac, Josh Brolin, Stellan Skarsgard, David Dastmalchian, Jason Momoa, Dave Bautista y Javier Bardem. Estreno: Jueves 21 de octubre.
